Decidieron salvarse juntas o morir juntas: La historia de las mártires salesas en ‘La Séptima Corona’
‘La Séptima Corona. Mártires de la Visitación’ narra en 35 minutos el martirio de las siete hermanas de la Orden de la Visitación (más conocidas como ‘salesas’) del Primer Monasterio de Madrid (España), acaecido en la persecución religiosa de 1936.
La película es fruto del 3º Curso de Medios de Comunicación de HM Televisión y se estrena en la noche del viernes 22 de noviembre, aniversario del asesinato de la Hna. Mª Cecilia. Puede verse de forma gratuita en este enlace de YouTube.
‘La Séptima Corona. Mártires de la Visitación’ comienza en una lóbrega y oscura celda de la checa de Buenavista de Madrid. En ese momento, España lleva cuatro meses de Guerra Civil.
Entre gritos y amenazas es empujada dentro del calabozo una mujer joven. Es la Hna. María Cecilia Cendoya, una de las siete monjas salesas del Primer Monasterio de la Visitación en Madrid, que fueron ejecutadas sólo por el hecho de ser monjas y de defender su fe.
Terminada la Guerra Civil, no fue fácil reconstruir lo que había pasado, pero el amor de su comunidad y los testigos providenciales que conoció en prisión lo hicieron posible. Ahora, ‘La Séptima Corona. Mártires de la Visitación’ nos revela los detalles de esta impresionante historia.
“Las Mártires de la Visitación nos interpelan en lo más profundo del corazón con su testimonio de amor heroico y de fraternidad exquisita. Frente a nuestro siglo, en el que egoísmo se ha convertido en la ley suprema de tantos, en que el criterio de “sálvese quien pueda” ha entrado incluso en el santuario del amor que es la familia, ellas tomaron la decisión de no separarse. Se salvarán juntas o morirán juntas, pero ninguna tratará de salvarse por su cuenta.
Y mientras esperan el inminente desenlace, suplican con todo su corazón: “¡Si por nuestra sangre España se salvara!”. En un tiempo en el que muchos de los que nos rodean han perdido la fe, ellas proclaman con su vida y con su muerte que Dios existe y que el Cielo es real.
Pero su testimonio es, de forma particular, testimonio de una profunda fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, porque son precisamente esas frecuentes visitas de los sacerdotes y de algunas jóvenes convertidas en ministros extraordinarios de la Comunión que les traen cada día la Eucaristía, y a las que no quieren renunciar de ninguna de las maneras, las que guían a sus verdugos hasta su escondite, en un semisótano de la calle Manuel González Longoria número 4 de Madrid.
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