Cáritas destina 1,2 millones de euros para acompañar migrantes en situación irregular, cuando “el sistema las convierte en invisibles”
Cáritas Española destinará un fondo dotado con 1,2 millones de euros para apoyar la atención, acompañamiento e integración de las personas migrantes a través de las Cáritas diocesanas. Esa dotación se ejecutará en un periodo de 18 meses y servirá para reforzar las iniciativas de acogida comunitaria de las personas migrantes, además de los recursos y servicios asociados a su acompañamiento, apoyo jurídico y psicológico y formación sociolaboral.
Con este plan estratégico Cáritas quiere reforzar el impacto del modelo de acogida a las personas migrantes que promueve la institución de acción caritativa y social de la Iglesia católica. Un modelo que está centrado en la persona, en la protección de sus derechos y su dignidad a través del acompañamiento comunitario a medio y largo plazo.
La acción social de Cáritas con las personas migrantes y refugiadas va desde la acogida, el acceso a derechos básicos, recursos y servicios hasta el trabajo orientado a la integración. Todo ello configura procesos que requieren ser sostenidos a medio y largo plazo.
Cáritas no recibe ningún tipo de ayuda, ni subvención pública estatal, y es muy escasa la financiación autonómica que se brinda para trabajar con estas personas que se quedan en situación administrativa de irregularidad. Por tanto, la organización de la Iglesia católica asume con fondos propios toda la intervención y el acompañamiento que estas personas necesitan.
Con el fondo aprobado, “queremos apostar y dar un impulso a la creación de espacios comunitarios que transformen el tejido social (territorio, parroquia, barrio, etc.) a través del desarrollo de procesos de integración y de espacios de convivencia intercultural que ayuden a revertir la percepción negativa de la migración”, ha explicado Félix Miguel Sánchez Delgado, director de Acción Social de Cáritas Española.
Reactivación de la ruta migratoria
La puesta marcha de este fondo se produce tras la reactivación en julio de 2023 de la ruta migratoria del África Occidental con destino a las Islas Canarias. La ausencia de vías legales y seguras para migrar a Europa aboca a cada vez más personas a arriesgar la vida a través de esta ruta atlántica.
El número de personas que está llegando desde entonces a las Islas supone el volumen más grande desde que se tiene conocimiento. En lo que va de año Canarias ha registrado ya por vía marítima la llegada de más de 16.586 migrantes en situación irregular. Esto supone un 375% más que en el mismo periodo del año anterior, según datos del Ministerio del Interior.
Solo en El Hierro, en los últimos meses la crisis migratoria ha provocado la llegada de 8.000 personas a una población que apenas cuenta con 11.000 habitantes. La mayor parte de estas personas proceden de distintos países del África subsahariana, como Senegal, Mali, Guinea Conakry, Bissau, Gambia, Níger o Ghana, aunque encontramos hasta una docena más de nacionalidades.
La mayoría de estos países arrastran situaciones de crisis social y política y varias de estas nacionalidades tienen una alta tasa de reconocimiento como personas refugiadas por parte de la Oficina de Asilo y Refugio. Para Juan Rognoni, director de Cáritas Diocesana de Tenerife, “es imprescindible priorizar políticas de desarrollo justo en los países de origen, así como evitar que muchas personas sigan siendo víctimas de organizaciones delictivas que se aprovechan de la desesperación y la falta de oportunidades en los países empobrecidos”.
La atención de personas migrantes llegadas a España por diferentes vías corresponde al programa de Acogida Humanitaria, que llevan adelante varias entidades del tercer sector y entre las que no se encuentra Cáritas. Este sistema contempla únicamente actuaciones en la órbita de la emergencia, con estancias en dispositivos de alojamiento, hasta un máximo de 3 meses.
Acompañamiento a medio y largo plazo
Desde hace años, Cáritas se ha constituido en una de las pocas entidades que transcurrido este período mínimo de acogida (entre 1 y 3 meses) recibe a estas personas. La gran mayoría de ellas vienen derivadas directamente desde las entidades del sistema de acogida de emergencia.
“Nuestros recursos y dispositivos a nivel confederal son claves cuando finaliza el acompañamiento de tres meses que ofrecen las entidades de acogida de emergencia en las costas. Es el momento en el cual las personas pasan a ser invisibles para el sistema dado que se ven obligadas a dejar los recursos y se convierten en personas en situación administrativa irregular y pasan a existir y ser visibles para Cáritas”, señala Sánchez Delgado.
“La situación de nuestros centros, pisos o albergues de acogida es ahora de una ocupación del 100%. En este sentido, el periodo medio de acompañamiento que estamos brindando a muchas de estas personas, que nos derivan las entidades oscila pasados los primeros meses de acogida, es de entre 1 y 2 años”, indica el director de Acción Social de Cáritas.
Fuente: Cáritas Española | Imagen: Rául Tapia
(96)