Un experto explica la nueva vía de beatificación abierta por el Papa Francisco
(ACI).- Reconocer a aquellos que viven y que han dado su vida imitando a Cristo, incluso aunque no mueran mártires. Ese es el objetivo del reciente Motu Proprio aprobado por el Papa Francisco en el que se establece el ofrecimiento de la propia vida como una nueva posible causa de beatificación.
Así lo explicó en declaraciones a ACI Prensa el P. Giulio Maspero, Profesor Extraordinario de Teología Dogmática de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma.
“Para entenderlo hay que ir a lo fundamental, y en este caso lo fundamental, como es siempre, es Cristo”, explicó.
El P. Maspero se preguntó: “¿Qué es lo que hizo Cristo?: Murió por nosotros. Sabía que iba a morir en la Cruz, a pesar de que no necesitaba morir. Por el contrario, nosotros morimos porque hemos nacido. Él no. Él nació para morir. Y murió para que nosotros viviéramos”.
“Entonces, cuando un hombre muere para salvar a otro, eso ya es imitar a Cristo. Incluso cuando no tiene fe explícita, es decir, cuando no entrega su vida como un mártir al que exigieran rechazar la fe para salvarse”. Porque “cuando una persona hace ese acto de entrega, está imitando a Cristo”.
En este sentido recordó que el santo “es una persona que está viviendo la vida de Cristo. La Iglesia cuando dice que alguien es santo no es que lo esté haciendo santo, sino que está reconociendo que algo ha pasado en su vida que le ha convertido en una sola cosa con Cristo”.
Por otro lado, afirmó que se pueden encontrar muchos ejemplos, como el P. Maximiliano Kolbe, quien “durante la segunda guerra mundial, en un campo de concentración, dio la vida para salvar a un padre de familia. Otro caso es el de un carabinero en Italia que murió para salvar a otro”.
“Lo que dice el Motu Proprio ahora es que esto se pude extender también a personas que no tenían una intención explícita de hacer eso para Jesús”, subrayó.
Para ilustrar la intención del Motu Proprio con más claridad, el P. Giulio Maspero señaló el episodio del Evangelio de Mateo en el que se habla del Juicio Final. En ese pasaje Jesús sitúa a su derecha a aquellos que le dieron de beber cuando tenía sed, o de comer cuando tenía hambre. Pero “esos señores preguntan que cuándo hicieron eso. Se nota que no sabían quién era Cristo. Sólo han ayudado a otras personas”.
“Si eso implica dar incluso la vida, darse totalmente al otro, quiere decir que en medio hay una comunión con Cristo, no explícita, quizás, pero real, que se puede reconocer ahora como causa de beatificación”.
El profesor de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz situó este Motu Proprio en la línea del Pontificado de Francisco, centrado en la Misericordia. “Toda persona que tiene Misericordia está hablando de Dios, aunque no tenga una fe explícita”.
“En el fondo es decir lo mismo que subrayaba Benedicto XVI cuando decía que el Cristianismo no es una doctrina filosófica, no es una moral, sino que es el encuentro con Cristo, es la presencia de Cristo entre nosotros. El Papa Francisco está explicando lo mismo pero a través de hechos, de gestos concretos”, concluyó.
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