“La situación en el este de República Democrática del Congo es insoportable”, dice el misionero Luis Arcos
En su 40º viaje apostólico, el Papa Francisco viaja del 31 de enero al 5 de febrero a República Democrática del Congo (R.D. Congo) y Sudán del Sur (peregrinación ecuménica de paz). El viaje estaba inicialmente previsto para el mes de julio, pero fue suspendido por motivos de salud del pontífice. Ahora, Francisco visita estos países dominados por la violencia y la corrupción.
Luis Arcos fue misionero durante 52 años en la R.D. del Congo. “De islamismo se está hablando desde algunos años, pero antes no se hablaba”, dice Luis Arcos, misionero aragonés, entrevistado por Obras Misionales Pontificias (OMP). “El problema es más político y económico, porque R. D. Congo tiene coltán, un mineral importantísimo para el desarrollo de los países”. Según explica, este material se necesita para hacer las baterías de los móviles, y por eso es altamente codiciado. “Es una riqueza enorme de mineral, pero ¿quién se aprovecha? Sale de estraperlo”. Esta situación provoca muchísima inestabilidad, ya que hay cerca de 100 grupos armados distintos. Y esa inseguridad produce la pobreza de muchos.
Luis Arcos mantiene el contacto con gente de la parroquia de allí. “Se están muriendo de hambre; si no tienes dólares, no te curan”. Además, hay mucho miedo, y no se puede salir de casa a partir de las seis de la tarde; sus compañeros congoleños no pueden ir a visitar a sus padres que están a 50 kilómetros de Goma…
Luis Arcos subraya el coraje del Papa de ir a R. D. Congo, porque tiene “muy mala prensa: injusticia, corrupción, venta, armas, grupos…”. Cuando el Papa iba a viajar a ese país en julio estaba prevista una visita a la ciudad de Goma, pero en este nuevo programa eso se ha suspendido. “¿Por qué no va el Papa al este? Porque es una situación insoportable”, explica el misionero, quien afirma que cuando empezó la preparación de su visita ya se registraron muchos problemas e incluso hubo muertos.
Por su parte, Jean Baptiste Cyaba, sacerdote de la diócesis de Mbujimayi, en la República Democrática del Congo, que estudia actualmente la Licenciatura de Teología en la Universidad de Navarra, ha explicado en una entrevista a la Fundación CARF las que considera las necesidades apostólicas más importantes de su diócesis. Por una parte, seguir manteniendo al clero, establecer y promover a los laicos comprometidos con la pastoral diocesana y con una formación permanente de calidad, “dado que en nuestra diócesis cunde un sectarismo violento que rechaza en bloque las posiciones oficiales de la Iglesia, sólo para atraer a la masa mayoritariamente joven y con grandes dificultades para buscar la verdad por sí misma en los manuales autorizados de la Iglesia a los que no tienen alcance”. Por otra parte, explica Cyaba, la necesidad “de ir verdaderamente al encuentro de los más pobres de nuestra población, sobre todo en los pueblos lejanos de las ciudades para aliviar en la medida de lo posible sus sufrimientos“. Para el sacerdote congoleño también es esencial mejorar la presencia y las infraestructuras de las iglesias parroquiales, para que sean “dignas de revelar la belleza de la vida en Cristo”.
En cuanto a la Iglesia en su país, Jean Baptiste Cyaba dice que todos desean “ver a los sucesores de los apóstoles vivir en verdadera cohesión y sin faltas en sus posiciones individuales o comunitarias frente a las cuestiones sociales que a menudo oponen la Iglesia al Estado en interés del pueblo congoleño sea cual sea su tendencia”.
(176)
