Vivía en Medjugorje, donde “pasaban cosas grandes” y él no se enteraba – Testimonio de Josip Sušac
Nació y se crió a 4 km de Medjugorje en 1986, cinco años después de la primera aparición de la Virgen en ese humilde y remoto lugar de Bosnia Herzegovina.
En su propia familia se vivía aquella situación con plena conciencia y defendiendo con fe ejemplar unos hechos que en pleno régimen comunista podían ser objeto de amenazas y represalias. Por entonces, Josip Sušac crecía con otros intereses y tenía otros planes. Siendo muy joven se dejó vencer por el orgullo y, como muchos jóvenes de su época y edad, la ambición de éxito y las ganas de fiesta.
Emprender su propia aventura le permitió esquivar responsabilidades que no le apetecían. Aquellas decisiones le llevarían a un camino que, después en perspectiva, recuerda como “un tiempo de oscuridad”. Decidió abandonar un ambiente demasiado superficial y volver a casa para recobrar la paz. No sin esfuerzo y un punto de humillación. En el fondo era un paso atrás para hacer tiempo a que llegara “otra cosa”. Pero ese regreso no sería como él esperaba. Y es que Dios tiene su forma de hacer las cosas.
Aun viviendo en Medjugorje, un lugar donde se aparecía la Virgen y que él vivía como mera tradición, Josip no entendía ni sentía lo que estaba pasando allí. Se preguntaba “quién soy yo y quiénes son ellos”. “Qué es lo que conmueve y transforma aquí a miles de personas llegadas de todo el mundo”. “Madre mía, aquí pasan cosas grandes y yo no me entero”, recuerda Josip Sušac. Dudaba de todo y quería más pruebas. Tardó algún tiempo en llegar a conocer de primera mano lo que sucedía allí. Y era, entre otras cosas, la espectacular revelación de “cuán grande es la Misericordia de Dios”.
“Empiezas primero por reconciliarte con el Padre, después contigo y así después con los demás. Todos necesitamos pedir perdón y sentirnos perdonados” dice ahora Josip con determinación. Una confesión de vida acabó por volver su vida del revés, para bien. Eso, y una peregrina española con la que, a base de compartir horas de bar primero, y después con acompañamiento espiritual y oración, acabaría descubriendo y construyendo un proyecto de vida.
Era el plan de Dios para ellos y hacia el que la Gospa les fue conduciendo. Inma y Josip estaban llamados al apostolado de organizar peregrinaciones a Medjugorje.
“Lo que oyes, lo que te cuentan los peregrinos, lo que ves en sus ojos, te ayuda a luchar con tu cruz, a nivel personal, en el matrimonio, en la familia. Lo que sientes en sus ojos te hace crecer espiritualmente. Hace que cada día me levante y diga yo quiero ser santo”, dice ahora Josip.
Reconoce que “todavía hay un camino muy largo por delante” pero ahora el objetivo es hacerlo todos los días lo mejor posible y con la firme intención de alcanzar el cielo”. Nacer al lado de Medjugorje no significa nacer santo. Las peleas se dan como en cualquier lugar del mundo. Pero la Misericordia de Dios alcanza a todos, en todas partes, en cualquier momento.
Este es el testimonio de Josip Sušac. ¡No te lo pierdas!
©Mater Mundi TV
Ayúdanos a seguir evangelizando
Tu aportación es esencial para que la familia de Mater Mundi TV pueda seguir creciendo
Síguenos en: Facebook | Twitter | Telegram | WhatsApp
(755)