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Recuerdan a la religiosa que dedicó su vida a cuidar ancianos abandonados

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(ACI).- Con un emotivo video la Iglesia en Chile rindió homenaje a la Madre Irene García de Prado, quien falleció en febrero de este año y es recordada por su total dedicación a recoger de las calles a ancianos enfermos y abandonados.

Irene nació en León, España, el 5 de Noviembre de 1927. A los 18 años abrazó la vida religiosa en las Siervas de Jesús de la Caridad en Bilbao.

Se recibió de enfermera en la Universidad Complutense de Madrid y durante 14 años estuvo a cargo de la dirección y administración del prestigioso Sanatorio Bilbaíno.

Terminadas las obras de la ampliación del sanatorio, pidió permiso para ir a hacer una experiencia con la Madre Teresa de Calcuta. Sin embargo, su superiora, la Madre Sagrario Olarte, le respondió: “si quiere pobres, ya la vamos a mandar a Chile”.

Es así como el 5 de noviembre de 1970, a los 43 años, la Madre Irene llegó a la ciudad de Talca, en el centro sur de Chile, donde trabajó en la instalación pequeños puestos de salud para los pobres y dio cursos de primeros auxilios en sedes vecinales y parroquias.

Después de 7 años y aconsejada por el Obispo de Talca, Mons. Carlos González,la religiosa dejó la congregación para dedicarse por completo a la atención de los enfermos pobres.

El 19 de junio de 1978 llegó a la ciudad de Molina, en la Región del Maule, donde con otras hermanas fundó la congregación de las Hermanas del Buen Samaritano.

Allí construyó un policlínico externo, un comedor infantil, y una casa de acogida para enfermos terminales.

En el policlínico cada día atienden a centenares de personas que no pueden pagar un médico. Les entregan medicinas, cuidados y curaciones totalmente gratuitas.

“Gracias a ellos podemos nosotras decirle a Dios que le amamos”, afirmó la Madre Irene, “todo el ‘desecho’, todo lo que no quieren en los hospitales, todo lo que no puede hacer nadie, lo recogemos nosotras”.

“Eso de bañarse, de tener una cama limpia, después de meses que a lo mejor han estado viviendo en la basura, es muy emocionante. Después no saben cómo agradecerlo y solo derraman unas lágrimas”, sostuvo.

Frente a la pregunta “¿Cómo quiere ser recordada cuando muera?”, la religiosa respondió que como Jesús que “pasó haciendo el bien”.

El 17 de febrero de 2017, a la edad de 89 años, la Madre Irene falleció.

“Se ha ido al encuentro con Jesucristo resucitado una mujer, una madre, una religiosa que tuvo en el Señor el gran amor de su vida”, dijo el Obispo de Talca, Mons. Horacio Valenzuela, en el funeral de la religiosa.

“En la Madre Irene hemos sabido reconocer el rostro misericordioso de Dios. Hemos visto en ella a Cristo Buen Samaritano que bajó hasta nosotros a curar nuestras heridas y llevarnos al cielo”, agregó el Prelado.

Por su parte, el Nuncio Apostólico, Mons. Ivo Scapolo, afirmó que “por su testimonio, la Madre Irene García ha sabido escribir páginas enteras del libro de la misericordia del cual nos ha hablado el Papa Francisco, caracterizándose por una entrega total a Dios y a los hermanos, sobre todo a los más necesitados”.

“Todo esto constituye un luminoso mensaje evangélico de misericordia que Madre Irene nos deja y que nosotros debemos mantener vivo mediante nuestros actos de misericordia”, destacó el Mons. Scapolo.

La Madre Irene es parte de los 100 testimonios que recopila la propuesta audiovisual “Crónicas de Esperanza”, de la Arquidiócesis de Santiago de Chile, que busca difundir historias de personas anónimas que movidas por el amor a Dios entregan un ejemplo de amor, fe y esperanza.

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