Oración a San Rafael Arnáiz Barón
Qué grande es Dios! ¡Qué bien ordena los acontecimientos siempre para su gloria!
¡Sólo Dios llena el alma…, y la llena toda!
La verdadera felicidad se encuentra en Dios y solamente en Dios.
El que no tiene a Dios necesita consuelo; pero el que ama a Dios, ¿qué más consuelo?
¡Cómo se inunda mi alma de caridad verdadera hacia el hombre, hacia el hermano débil, enfermo…! Si el mundo supiera lo que es amar un poco a Dios, también amaría al prójimo.
Al amar a Jesús, forzosamente se ama lo que Él ama.
La única verdad es… Cristo.
He hecho el voto de amar siempre a Jesús. Virgen María, ayúdame a cumplir mi voto.
Para Jesús todo, y todo, para siempre, para siempre.
No le bastó a Dios entregarnos a su Hijo en una Cruz, sino además nos dejó a María.
Honrando a la Virgen, amaremos más a Jesús; poniéndonos bajo su manto, comprenderemos mejor la misericordia divina.
¡Qué grande es Dios, qué dulce es María!
Amén.
(472)