Ocho atletas católicos estadounidenses para seguir en los Juegos Olímpicos de Tokio
(J.M.Carrera-Religión en Libertad) Entre el 23 de julio y el 8 de agosto de 2021, los mejores atletas y deportistas del mundo participarán en los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Tokio. De todos los que acudirán a la cita olímpica, 627 atletas estadounidenses representan al país que lidera el palmarés olímpico mundial con 2.521 medallas olímpicas. Pero no es su único factor diferencial. Al menos diez de ellos se han declarado públicamente como católicos y deudores de su fe en el ámbito deportivo.
1) Sydney McLaughlin
Saltó a la fama tras la finalización de la clasificación olímpica de atletismo de Estados Unidos el pasado 27 de junio. En la prueba de 400 metros vallas, la atleta y estudiante de Union Catholic, desbancó a la líder mundial en esta disciplina, Dalilah Muhammad, al superar la prueba en 51,90 segundos. McLaughlin estableció un nuevo récord y quedó clasificada para los juegos de Tokio.
Criada en Dunellen (Nueva Jersey), McLaughlin estudió en la escuela católica Unión Catholic y creció en una familia de atletas de élite. Tras establecer el nuevo récord mundial, no dudo en admitir que su fe fue el principal elemento diferencial a lo largo de la competición.
“Creo que la mayor diferencia este año es mi fe, la confianza en Dios y en ese proceso, y saber que Él lo controla todo. Siempre que yo ponga el trabajo duro, Él va a ayudarme a superarlo. Y en este punto realmente no puedo hacer más que darle la gloria a Él”. Anteriormente, declaró en CNA que aferrarse a todo lo que sabía y creer que todo lo que recibió viene de Dios “jugó un papel importante” en su carrera. La forma en que se desarrollaron las circunstancias demostró “que este era el plan de Dios” para la atleta.
Sydney McLaughlin superó el récord mundial de 400 metros vallas con una marca de 51, 90 segundos.
2) Molly Seidel
Para Molly Seidel, de Wisconsin, los juegos de Tokio serán su debut en la maratón olímpica con 26 años, culminando con una carrera deportiva y personal meteórica. Con 18 años, se graduó en la escuela secundaria, donde destacó en disciplinas tan variadas como canto y coro, hockey e incluso esquí. A sus 18 años, su entrenador Brian Borkowski remarcó en Catholic Herald las virtudes morales de la joven, especialmente su fe y humildad. “Siempre quise ser como Molly. No se avergonzaba en absoluto”.
Destacaba que tras las competiciones, hacía “la señal de la cruz, se toma unos segundos y sé que es el momento de dejarla en paz, es su tiempo con Dios”.
Con una infancia y una educación religiosa marcada por su abuela, aprendió de ella a santiguarse antes de cada carrera o rezar a San Judas por los resultados. Su fe marcó igualmente su estancia en la Universidad de Notre Dame.
Molly Seidel es una gran corredora norteamericana que habla de su fe católica
“Era genial ir a misa, se me quedó grabado el hecho de que las chicas me preguntaran si quería ir a misa con ellas. Se me quedó grabado como un lugar donde la mayoría de la gente era católica, y quería ir a misa”. Tras hacer historia en el equipo de futbol de la universidad, de Notre Dame, los Fighting Irish , empezó a trabajar en una cafetería en Boston y cuidaba niños para llegar a fin de mes. Mientras, se preparaba para su primera maratón en Atlanta, donde obtuvo un segundo puesto que le permitió acceder al equipo olímpico. Su segunda maratón, será en Tokio.
3) Skylar Diggins-Smith
Compañera de Seidel, Skylar Diggins-Smith es otra de las deportistas católicas que participará en los Juegos Olímpicos, en este caso, en el equipo de baloncesto femenino. Jugadora del Phoenix Mercury, los de Tokio serán sus primeras olimpiadas, tras una exitosa carrera en la que hizo historia con su equipo universitario de baloncesto, de nuevo los Fighting Irish, y llegó a ser calificada como “posiblemente la mejor jugadora en la historia del baloncesto femenino de Notre Dame”.
Su trayectoria en el equipo universitario le abrió las puertas al Phoenix Mercury en la NBA femenina y, posteriormente, a los próximos Juegos Olímpicos. Recuerda con aprecio la educación católica recibida en la Universidad, donde iba a misa con frecuencia.
4) Galen Rupp
Compañero de disciplina de Seidel es Galen Rupp, corredor de larga distancia de 35 años originario de Portland, Oregón. En 2004 se graduó en la Central Catholic High School de Portland y como recoge Catholic News, es un católico devoto que reza mientras corre. Estas serán las cuartas Olimpiadas de Rupp. En 2008 en Beijing, ocupó el decimotercer puesto en los 10.000 metros y cuatro años después en Londres, se llevó la plata en el mismo evento.
5) Grace McCallum
Otra de las deportistas marcadamente católicas de estos juegos es la gimnasta Grace McCallum. Como publicamos en Religión en Libertad, la joven de 18 años comenzó en la gimnasia con 5 años y a los 13 ya participaba en competiciones de alto nivel de gimnasia artística. Desde entonces, siempre encomienda los resultados a su oración.
Nacida en 2002 en Minnesotta, McCallum tomó a Santa Filomena como su patrona tras su confirmación. El 11 de agosto, fiesta de la santa, se celebraron los campeonatos estadounidenses de 2019 y Grace, tras rezar su patrona, obtuvo una inesperada medalla de bronce. “Fue increíble la cantidad de personas que se acercaron a nosotros y nos dijeron que estaban rezando por ella”, destacó su madre en 2019. “No creo que Grace pueda pedir nada más. Probablemente, nada signifique más para ella que tener a todos sus seres queridos rezando”.
En cada una de sus competiciones, Grace McCallum lleva un rosario y una cruz y encomienda los resultados a la oración.
“Cada vez que tengo un día difícil, en el gimnasio o las competiciones, sé que Dios me dio ese talento. Necesito usar ese talento y no desperdiciarlo”, cuenta la joven deportista en The Central Minnesota Catholic, que siempre lleva un rosario en su mochila y una cruz que le regaló su abuela en cada competición.
6) Simone Biles
Compañera de disciplina de McCallum es Simone Biles, una leyenda en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro de 2016 donde sumó cuatro oros y un bronce. Con poco más de metro cuarenta de estatura, es considerada por muchos la sucesora de la legendaria Nadia Comaneci. En los mundiales de 2019, en Stuttgart, se convirtió con 22 años en la gimnasta más laureada de la historia al ganar 25 medallas, 19 de ellas de oro.
Simon Biles en sus ejercicios de suelo de 2019 en Stuttgart
En varias ocasiones, Simone ha hablado del rosario que lleva siempre en su bolso, un regalo de su abuela, que reza con frecuencia. También asiste a la misa dominical con sus padres, que han desempeñado un rol fundamental en su vida apoyándola desde pequeña.
7) Katie Ledecky
Apodada la reina de la natación, Katie Ledecky es otra de las católicas que promete liderar las competiciones de natación en la capital japonesa. Tiene el récord mundial en los 1500 metros estilo libre femenino de natación y batió su propio récord mundial en la modalidad de 400 y 800 metros.
La nadadora, que nunca ha dudado en afirmar su fe, admitió que siempre reza antes de cualquier competición. “El Ave María es una hermosa oración y me ayuda a relajarme”, reconoció la nadadora. Fue la participante más joven de los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Londres y obtuvo su primera medalla de oro con tan solo 15 años.
Primera medalla olímpica y récord mundial de Katie Ledecky en Londres a sus 15 años.
Refiriéndose a sus múltiples competiciones, dijo: “Estoy en un gran evento de natación con miles de personas observando, es importante para mí tomarme un tiempo para hacerme un espacio para Dios y pensar en Él. Mi fe católica es muy importante para mí. Siempre lo ha sido y siempre lo será. Es parte de lo que soy y me siento cómoda al practicarla. Me ayuda a poner las cosas en perspectiva”.
8) Las hermanas Ogwumike
Otro caso representativo es el de las hermanas Ogwumike, Nneka, Chiney y Erica, de 31, 29 y 23 años. Criadas en una familia católica, no es extraño ver cómo estas jugadoras de la NBA femenina nigeriano-estadounidenses (tienen ambas nacionalidades) intercambian tuits con su párroco, Sean P. Horrigan.
En una ocasión, después de que las hermanas publicasen un hilo en Twitter tratando la expulsión de Chiney tras una discusión con el árbitro en pleno partido, el párroco bromeó: “Recordadle que sus confesiones son los miércoles a las 18:00 y los sábados a las 9:00”.
Debido a un conflicto deportivo que raya lo diplomático, la hermana mayor, Nneka, de 31 años, no podrá participar en los Juegos de Tokio. El motivo, la normativa de la Federación Internacional de Baloncesto, que prohíbe a los jugadores que hayan competido con un país participar en otro equipo en campeonatos internacionales. Algo que afecta de primera mano a la mayor de las hermanas, que compitió en del lado de Estados Unidos en la Copa del Mundo de 2018.
Erica y Chiney Ogwumike junto a su párroco, Sean P. Horrigan, a quien definen como “su fan nº 1”.
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