Lunes, santos Andrés Kim, presbítero y Pablo Chong Hassang, y compañeros mártires. 20-09-2021
“Mirad, pues, cómo oís, pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener”
Evangelio según S. Lucas 8, 16-18
Jesús dijo a la gente: «Nadie que ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama; sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz. Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público. Mirad, pues, cómo oís, pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».
Meditación sobre el Evangelio
Q ue yo hable en parábolas o en doble sentido, no es para ocultar las cosas. He venido a dartestimonio de la verdad, a ser la luz del mundo. Lo que yo oculto, ya dará su explosión de luz. La lámpara que se esconde es para protegerla del aire; luego, de seguida, se saca al público, se descubre para que alumbre en torno. Pero mirad cómo oís, porque si oí mal, hay que taparos las verdades; puesto que, dejarlas descubiertas, es hacerse todos daño. Más aún; de tal manera es mi hablar que da claridad para el bueno y deja en la noche al malo. Al que ve, se le dará más ver; al que no ve, ¿para qué se le va a dar? Se le quitará de ver. En la medida que viereis, se os dará.
Al mostrar un panorama encantador, si adviertes que uno es zote, aun el minuto que ibas a dedicarle, se lo retiras, porque es un memo. Al que lo gusta y saborea, le alargas el tiempo, a medida de su percepción. Al que con un gusto de artista se encanta y extasía, lo llevas a esta y a la otra eminencia, a este y al otro balcón, a medida de su rica contemplación. Así dice Jesús: «Mirad cómo oís, pues a vuestra medida se os dará». Se recoge Jesús y lanza más allá la barra:«Se os dará aún más, a vosotros que escucháis». Dios siempre irá dando más, en la medida que toméis. Algunos creen que tienen; eso que creen tener, no lo tienen, pues fueron borrados de la lista de la luz. ¿Porqué?, porque atarugados en sabiduría de hombres, a cuenta de su ciencia e impertinencia, repudiaron el evangelio.
No tuvieron ver de Dios. Por su repudio fueron repudiados; se les quitó lo que creían tener: «Yo vine para que, los que ven,(los orondos del saber, contradictores del evangelio)no vean».
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