Así fueron las 7 primeras apariciones en Medjugorje, inicio y clave de un fenómeno religioso a nivel global
(Javier Lozano-Cari Filii) El pasado 24 de junio se celebró el 40º aniversario de la primera de las miles de apariciones de la Virgen María que se estarían produciendo en la pequeña localidad bosnia de Medjugorje y sobre las que Roma aún no se ha pronunciado oficialmente.
Desde entonces este pequeño lugar ha ido creciendo hasta convertirse en un auténtico fenómeno espiritual que recibe cada año a cientos de miles de peregrinos, en el que se producen numerosas e impresionantes conversiones y donde los sacramentos de la confesión y la Eucaristía tienen un lugar preponderante.
¿Cómo comenzó todo? Una de las mejores formas para acercarse a este fenómeno religioso es a través del libro Medjugorje, quizás la obra que abrió de par en par este lugar de peregrinación a España. Está escrito por el periodista y ahora también cineasta, Jesús García, uno de los grandes expertos sobre Medjugorje en el habla hispana.
La Virgen y su amor por los niños y jóvenes
En su libro muestra los primeros días y las primeras apariciones de la Virgen en este recóndito lugar. Como en otros muchos casos María habría elegido a niños y adolescentes que vivían en pequeños pueblos alejados de las grandes ciudades desarrolladas. Algo así como si eligiera a los “últimos” para darles un mensaje.
El 24 de junio, día de la primera aparición, se celebraba la fiesta de San Juan Bautista, por lo que ese día no se trabajaba en el campo.
Aquella tarde, según los escritos de fray Ljudevit Rupcic que recoge Jesús García, dos amigas llamadas Ivanka Ivankovic y Mirjana Dragicevic, las dos con 16 años en aquel momento, quedaron para dar un paseo y buscaron un lugar más apartado de sus casas para fumar un cigarrillo a escondidas.
“Creo que la Gospa está en el monte”
Paseando por la falda del monte, Ivanka vio algo extraño y dijo a su amiga: “Mirjana, creo que la Gospa está en el monte”. Esta palabra en croata significa “Señora”. Sin embargo, esta última siguió caminando sin hacer caso a su amiga pensando que era algo absurdo.
Mientras seguía andando, Mirjana se encontró con otras dos chicas, Milka Pavlovic y Vicka Ivankovic. Juntas desandaron el camino hecho por la primera para encontrarse con Ivanka, que seguía parada allí absorta.
En ese momento, las tres también vieron a una hermosa joven de unos 18 años, ojos azules, pelo moreno y tez blanca que sostenía en brazos a un pequeño bebé, que no lograron ver pero que sí se movía. Aquella joven llevaba un vestido azul claro, y un velo blanco.
Según el relato de estas cuatro jóvenes, aquella mujer no pisaba el suelo sino que flotaba como a un metro de altura. La única que reaccionó en ese momento fue Vicka, que movida por el miedo se fue corriendo hacia las casas. En aquella carrera atropellada se encontró con otros dos jóvenes que conocía, Ivan Dragicevic e Ivan Ivankovic, que al ver la actitud de Vicka volvieron con ella a aquel lugar.
Cuando llegaron, se encontraron a Mirjana, Ivanka y Milka arrodilladas, y en ese momento también ellos vieron a esa mujer.
Ya juntos, esta joven mujer les hizo señas con una mano para que se acercaran. No les habló aquel día. Pero asustados todos salieron corriendo. Esta fue la primera aparición en Medjugorje. Pero todavía faltaba más, mucho más.
Más allá de la primera aparición
A la mañana siguiente, el 25 de junio, había un cierto revuelo en la aldea. Y las preguntas, pero también las burlas comenzaron a llegar. También miedo porque hablaban de la Virgen María cuando en aquella Yugoslavia comunista estaban prohibidas las manifestaciones religiosas fuera de las iglesias.
Fueron algunos familiares los que propusieron subir aquella tarde a la misa hora con los jóvenes videntes. Dos no subieron, una porque a su madre no le hizo gracia este asunto y otro porque tenía que trabajar en el campo.
Pero otros dos chicos, la hermana mayor de Milka, Marija, y un niño llamado Jakov subieron aquella tarde.
Cuando estaban de camino, de repente los seis chavales del grupo, los cuatro videntes más estos dos nuevos jóvenes, comenzaron a correr a toda velocidad. Decían haber visto una especie de rayos y flashes de luz sobre el monte. Sintieron el impulso de subir rápido.
Unos minutos más tarde, cuando llegaron los familiares se encontraron a los seis jóvenes de rodillas. No respondían a ningún estímulo externo, ni siquiera a los empujones. Es como si hubieran ganado un peso desproporcionado que impidiera moverlos.
Tan sólo se veía mover los labios de algunos de ellos, como si estuvieran hablando con alguien así como movimientos de cabeza que asentían o negaban algo. Media hora después volvieron en sí. Lloraban, reían, se abrazaban…
Los seis videntes de aquel día contaron a sus familias que volvieron a ver a aquella mujer, que esta vez sí habló y que rezó junto a ellos. Después de rezar, alguno de ellos se atrevió a preguntar algo. Poco después, Ella se despidió así: “Dios esté con vosotros, mis ángeles”. Los niños volvieron a preguntar si la volverían a verla y ella asintió.
Las autoridades, alerta ante aquel fenómeno
Al día siguiente el revuelo en la comarca era total y esto alertó a las autoridades locales por lo que el miedo cundió entre las familias. Esa tarde los seis chicos del día anterior, más los dos del primer día, fueron al lugar de las apariciones pero fueron acompañados por más de 300 personas, casi todo aquel que vivía en el valle.
Pese al miedo de los niños ante esta situación, la aparición no se hizo esperar. De nuevo flashes de luz y las carreras de los seis chicos del segundo día, pero no de los dos del primero. Quedaba de esta manera conformado el grupo de videntes en los seis del segundo día, y que se mantiene hasta el día de hoy: Vicka, Mirjana, Ivanka, Marija, Ivan y Jakov.
Cuando los testigos llegaron tras ellos de nuevo se los encontraron como ausentes de la realidad, fuera de toda experiencia de tiempo o sensación. Sus caras estaban alegres y sonrientes, de una forma llamativa, y solo se oían sus voces cuando, de forma simultánea y sin avisar, comenzaban a rezar.
En un momento dado, antes de que los testigos llegaran, Vicka cogió el agua bendita que le había dado su abuela y se la tiró a la imagen, mientras le gritaba: “Si tú eres nuestra Madre bendita, quédate con nosotros. Si no, vete y déjanos en paz”. La reacción de la mujer fue sonreír, ante lo que Mirjana decidió preguntarle quién era. “Soy la Bienaventurada Virgen María”, contestó.
“Paz, paz y sólo paz”
Al volver, la Virgen se apareció de manera individual a Marija, pero la Virgen ya no iba de azul sino de negro y lloraba apenada. Cuando la joven preguntó por qué lloraba respondió: “Paz, paz y sólo paz”. En ese momento, apareció detrás de la Virgen María una cruz de madera, y la Virgen María volvió a hablar: “La paz debe reinar entre el hombre y Dios, y entre todos los hombres”. Tras estas palabras, la Virgen María añadió algunas más, indicando la necesidad de los hombres de volver a Dios y de convertir sus vidas en vidas de oración.
Tal y como recuerda Jesús García en su libro, aquel día quedaron consignadas tres de las características de las apariciones de Medjugorje que las siguen acompañando hasta nuestros días: el grupo de seis videntes, las apariciones en grupo o individuales, y los mensajes de la Virgen dirigidos no solo a los videntes o a un ente local, sino a toda la humanidad.
Comienzan los interrogatorios y análisis
El cuarto día, el 27 de junio, los jóvenes videntes comenzaron a sufrir las hostilidades por parte de las autoridades civiles. Fueron interrogados uno a uno debido al revuelo que se estaba produciendo en la comarca de Medjugorje. Y también les realizaron el primero de los numerosos análisis médicos a los que desde entonces han tenido que someterse. En este primero fueron declarados “perfectamente sanos y equilibrados”.
Por la tarde, ya en su pueblo, se repitió la supuesta aparición de la Virgen. Ella les habló durante un largo rato porque además los jóvenes no pararon de hacerle preguntas. Hablando de los sacerdotes la Virgen les dijo: “Han de creer firmemente, y han de cuidar de la fe del pueblo”.
El quinto día, el 28 de junio, este fenómeno incipiente en Medjugorje mostró en lo que más tarde se convertiría. Al ser domingo, los habitantes de la zona no tenían que trabajar por lo que acudieron al lugar de las apariciones hasta 15.000 personas. Fue el primer día en el que las autoridades se asustaron de verdad.
Era tal la multitud que quería ver a estos muchachos que ni siquiera les dejaban avanzar. En aquella aparición la Virgen habría rezado con ellos un Padrenuestro, guardó silencio en el Avemaría y acabó acompañándolos en el Gloria.
La bienaventuranza de la Virgen
Como ya acostumbraban, volvieron a hablar con la Virgen, que en un momento se entristeció porque entre la multitud había gente presente que estaba blasfemando. Uno de los niños le pidió que se apareciera en la parroquia delante de la multitud para que creyeran, pero ella respondió: “Bienaventurados aquellos que sin haber visto, han creído”.
Cuando esta aparición concluyó, aseguran los presentes, había un estado general de alegría entre las miles de personas que estaban allí presentes.
El lunes 29 de junio los jóvenes fueron nuevamente interrogados y trasladados a Móstar pues las noticias de lo que pasaba en Medjugorje se estaban extendiendo, y esto ya era peligroso para un país oficialmente ateo. En esta ciudad un equipo psiquiátrico examinó a los jóvenes, que concluyó que estaban sanos y eran personas normales.
Una vez más por la tarde, ya de vuelta en sus casas, se produjo una nueva aparición. Al igual que el día anterior una multitud esperaba en el monte. Aquel día la Virgen dejó un mensaje a los jóvenes: “Hay un solo Dios, una sola fe. Creed firmemente y confiad”.
Afirman las crónicas de aquel día que ese 29 de junio hubo también curaciones físicas entre los enfermos que se trasladaron a Medjugorje.
Una trampa a los videntes
Al día siguiente, el 30 de junio, las autoridades civiles intentaron hacer caer en una trampa a los jóvenes. Para ello utilizaron a dos mujeres de la aldea que se ofrecieron a darles un paseo en coche para aliviarles el agobio que producía que otra vez miles de personas estuvieran en la aldea.
Pero el paseo se hizo más largo de lo que esperaban los jóvenes y al llegar la hora habitual de las apariciones estaban en el otro lado del monte. Sin embargo, los cinco jóvenes que aquel día iban en la furgoneta entraron en éxtasis allí mismo.
Los dos únicos testigos de aquella aparición fueron estas dos mujeres que habían engañado a los videntes. Ellas afirmaron haber oído cantar a los cinco y cómo rezaban siete veces el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria.
Así transcurrieron los primeros siete días de las supuestas apariciones de Medjugorje, el germen de lo que hoy es un fenómeno religioso a nivel mundial. Las apariciones siguieron de la misma forma, es decir, a la misma hora y en el mismo monte, hasta el 12 de agosto, cuando las autoridades prohibieron acceder al lugar. En ese momento, el pequeño pueblo de Medjugorje fue tomado por el Ejército.
Casi 40 años después las apariciones se siguen produciendo. Aquellos adolescentes son ya adultos. Y la frecuencia de estos encuentros es diferente, pero todos coinciden en que sigue siendo aquella joven de 18 años de una belleza indescriptible la que les visita.
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