La cama del hospital se convirtió en un altar donde celebraba la misa de otra manera
Estuvo hospitalizado en la UCI por COVID, su madre también. A pesar de la gravedad de la situación fue como volver a esa primera vez con el Señor, con su vocación, con el ser sacerdote en mayúscula. Su madre partió al cielo a consecuencia del virus. Este mes de marzo hace un año que comenzó la pandemia y el Padre Jon recuerda todo lo ocurrido con más claridad que nunca. “Me di cuenta que llegaba un momento importante de mi vida que era reafirmar todo lo que espiritualmente siempre había querido vivir que era el don verdadero de tu persona al Señor”, explica el Padre.
Es en este momento cuando recuerda que la cama del hospital, la miraba y en su mente y corazón aparecía claramente la mesa del altar, le tocaba vivir la misa pero de otra manera. “En este caso la víctima, la hostia tenía que ser yo mismo, el ofrecerme a mí mismo”. Así vio la cama del hospital el Padre Jon desde el primer momento como un regalo grande del Señor que le daba luz y le daba paz para vivir las cosas, a pesar de la gravedad con serenidad. Humanamente lo que hubiera correspondido a esta situación de gravedad en la salud es estar aterrado.
El Padre explica cómo vivió ese momento sobre cogedor viendo al Señor en sus manos, solos los dos. “Viví un momento muy grande de renovar nuestra unión con Jesucristo sacerdote y la ofrenda de nuestra vida”, comenta el Padre. Esta actitud de ofrenda es algo que el Padre Jon agradece mucho porque era de alguna forma lo que aprendemos de Jesús cuando dice: A mi nadie me quita la vida, yo la entrego libremente por vosotros. “Esto fue lo que me llevó a decir, no estoy dispuesto a que llegue la muerte y me robe a mi madre, a mi madre la entrego yo. Esto me ha hecho un gran bien, no me ha quitado el dolor. Esto lo estoy viviendo como un libro que lo abres y ves dos páginas y unas veces ves solamente las situaciones humanas que más te duelen de cómo han sido las cosas pero inmediatamente veo la otra página y por esto doy muchas gracias a Dios”, reflexiona el Padre Jon.
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