¿De qué modo la maternidad espiritual de María es universal?
(ACI) Motivo de la Solemnidad de María, Madre Dios, celebrada por la Iglesia Católica el 1 de enero de cada año, el Obispo de San Sebastián (España), Mons. José Ignacio Munilla Aguirre, explica por qué la maternidad espiritual de María es universal.
Desde el 2016, Mons. Munilla Aguirre difunde contenido para la formación en la fe a través de su canal de YouTube “En Ti Confío”. Una de las secciones se titula “Compendio del Catecismo”.
En su video del 15 de diciembre, el Prelado reflexiona sobre la pregunta “¿De qué modo la maternidad espiritual de María es universal?”, contenida en el punto número 100 del Catecismo de la Iglesia Católica.
En el Catecismo se indica que “María tuvo un único Hijo, Jesús, pero en Él su maternidad espiritual se extiende a todos los hombres, que Jesús vino a salvar. Obediente junto a Jesucristo, el nuevo Adán, la Virgen es la nueva Eva, la verdadera madre de los vivientes, que coopera con amor de madre al nacimiento y a la formación de todos en el orden de la gracia. Virgen y Madre, María es la figura de la Iglesia, su más perfecta realización”.
A partir de ello, el Prelado dijo que probablemente uno de los motivos por los que Dios quiso que Santa María sea “siempre virgen, es para que en ese único hijo nos pudiésemos incluir todos, toda la humanidad. Todos nosotros somos hijos de María”. Explicó que “si Eva engendró junto con Adán el cuerpo de su hijo, María está engendrando espiritualmente nuestras almas”.
Mons. Munilla citó a San Luis María Grignion de Montfort, que dijo que “María es como un molde en el que nuestra alma se configura a Jesucristo”. Explicó que si en la Virgen “se configuró Jesús, si nosotros nos introducimos en el corazón de María, nos conformamos a Jesús teniendo a María como madre espiritual de nuestra vida”.
El Prelado también recordó el Evangelio de San Juan, en donde Jesús le hace la “gran encomienda” a María, que está al pie de la cruz. Cristo le dice: “‘Mujer ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre’. En ese momento, María recibe la encomienda explícita de la maternidad divina, de esa maternidad espiritual”, explicó.
Con esta frase, María “pasa de la maternidad divina a Jesucristo a la maternidad espiritual a todos los seguidores de Jesucristo. Esa gran encomienda que María ha recibido la está cumpliendo continuamente, en su intercesión por nosotros, en su cuidado espiritual por nosotros”, afirmó.
Mons. Munilla dijo que la maternidad espiritual de María a veces se visualiza en “revelaciones privadas” para dar mensajes importantes a la humanidad. Por ejemplo, recordó cuando la Virgen se presentó al apóstol Santiago o cuando se le apareció a San Juan Diego como la Guadalupana “a inicios de la evangelización en América”.
También, mencionó cuando se le apareció a Santa Bernardette Soubirous para “recordar por qué el Evangelio es para los sencillos”, justo “en el momento en el que Francia había dado la espalda al Evangelio” con el racionalismo. Del mismo modo, María intervino “cuando el comunismo está arreciando y en Fátima vuelve a mostrarse como esperanza de la salvación del mundo”, dijo.
De esta forma, “María está siendo fiel a la gran encomienda: ‘Ahí tienes a tu hijo, cuídalos a todos’. Esas revelaciones particulares no son sino como la punta del iceberg, que visualiza algo que es mucho más lo que no vemos, las continuas intervenciones de María que en su maternidad está cuidando de todos y cada uno de nosotros”.
Mons. Munilla también recordó el pasaje bíblico sobre las Bodas de Caná en Galilea, donde la Virgen María “atenta a nuestra necesidades” le pide a Jesús por los invitados a la fiesta. El Prelado recuerda que esta vez Jesús le pregunta: “¿Mujer, que tienes tú que ver conmigo?, porque todavía no ha llegado la hora”.
Para explicar este “sorprendente” momento, “porque parece que Jesús más bien está frenando o poniendo distancia con María”, el Prelado citó a San Agustín.
El santo dijo que la pregunta de Jesús se refiere a “que todavía no era la hora en la que le iba a encomendar ser madre de todos nosotros y de cuidar de todos nosotros. Llegada esa hora, la hora de la maternidad espiritual de María, su hijo le dirá: ‘Esta es tu hora madre, cuídalos a todos, yo te los encomiendo’”.
“En definitiva, María tuvo un único hijo: Jesús, y en él nos tuvo a todos nosotros. Todos nosotros somos Jesús para ella. María te mira a ti con el mismo cariño y amor que le miró a su hijo Jesús y nosotros queremos pagarle a ella con la misma ternura, con el mismo amor que Jesús miró a su madre”, señaló.
En ese sentido, Mons. Munilla invitó a los fieles a pensar en María como nuestra Madre. “Nosotros podemos también participar de esa maternidad que vivió Jesús con ella, esa relación maternal, para también nosotros decir con pleno sentido: ‘Mamá, Madre Nuestra’”, concluyó.
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