Perdió a su hija en un accidente pero sanó sus heridas y se acercó al Señor
Lorena, madre de familia y colombiana de nacimiento tiene su propia historia de salvación. Una historia dolorosa pero no por ello menos sanadora que otras. Su familia, una familia trabajadora como muchas. La mayor pasión de Lorena son sus dos hijos. Valeria, su hija está en el cielo hace unos años y su pérdida ha supuesto para Lorena un camino profundo hacia su propia conversión también. La vida de Lorena antes de que su hija partiera era una vida aparentemente exitosa en su trabajo. “Estaba enfocada en trabajar mucho, en conseguir el éxito profesional, el dinero, una mejor calidad de vida y estatus”, explica. Era una mujer muy competitiva y en ese camino el trabajo se volvió para Valeria su vida, todo lo que acontecía alrededor del trabajo era una prolongación de su propia vida. En el año 2010 llegó a ser directora de Innovación de una gran empresa. En este momento su hija Valeria tenía siete años. Valeria nació de forma prematura y siempre tuvo algunos problemas de salud.
“En ese momento necesitaba atención médica, una buena alimentación y deporte. Yo en este momento me sentía entre la espada y la pared porque tenía que dedicarle tiempo a mi hija pero el trabajo me seguía llamando”, comenta Lorena. Esta situación propició que viviera una crisis personal donde llegó a reflexionar sobre el papel que jugaba su familia en su vida. Intentando encontrar respuestas a esta situación, tomó la decisión de dejar su empleo para poder trabajar de forma independiente de manera que pudiera compatibilizar esa vida familiar que quería priorizar dándole ese tiempo y espacio también a su hija Valeria. Un cambio radical en su vida del que no se arrepiente. A su hija Valeria la recuerda como una niña muy feliz, madura para la edad que tenía.
“Ella tenía 11 años cuando partió al cielo. Ella era una niña que amaba al prójimo y regalaba sus cosas. Era un alma muy especial”. Todo se complica cuando Valeria estaba preparándose para su Primera Comunión, llevaba año y medio de preparación cuando tuvo un accidente. “Ella tuvo un accidente cuando estaba en el descanso en su colegio, recibió un golpe y fue al hospital para hacerle la cirujía pero no pudieron salvarla. Fue un momento muy difícil, no sé de donde saqué la fuerza ni la tranquilidad para poder soportarlo. Dios estaba ahí sin nosotros saber que estaba ahí”, explica Lorena. Un camino que ha culminado en un apostolado muy bonito que ha creado para ayudar a personas que han vivido o están viviendo lo mismo que ella.
La página web que ha creado se llama: https://adondeiresinti.org/ Esta fundación tiene como misión ayudar a padres y a madres a encontrar en esta nueva realidad la alegría de seguir viviendo.”Diseñamos experiencias (servicios) que tienen como base nuestro recorrido por el duelo – al ser los orgullosos padres de Valeria, quien partió con 11 años de edad, a la casa de Dios Padre- y el creciente amor a nuestro Señor Jesucristo y la Iglesia Católica, en donde encontramos palabras de vida”.
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