El Padre Pío logró la conversión de Rosi y Juan en una peregrinación que les cambió la vida
Rosi y Juan es un matrimonio que ha logrado acercarse más al Señor a través de la figura del Padre Pío. La vida de Rosi según ella misma nos cuenta era una vida sin fe, sin conocer a Dios. Una vida donde el mundo material era lo prioritario. “No teníamos a Dios en nuestras vidas, por eso todo este proceso ha sido un cambio muy brusco. De no tener a Dios a acudir a una “simple” peregrinación que lo cambió todo”, explica Rosi. Conocer al Padre Pío les transformó la vida totalmente.
Y es que Juan llevaba una vida también alejada de la Iglesia, su principal objetivo en aquel momento era su propio éxito profesional, más allá de tener una vida estable y cómoda había nada más. Y es que tras la peregrinación comprendieron que la forma de vida que llevaban no era la correcta ni la que querían para sus vidas. La historia de sus vidas comienza cuando fallece la madre de Juan que fallece de forma fulminante. “Cuando veo el cuerpo de mi madre, veo lo que ha sido esa persona y lo que es en ese momento. Al ver su cuerpo inerte tenga la necesidad de conocer donde está mi madre, donde está esa alma que estaba dentro de ese cuerpo”, explica Juan. En este momento comienza su búsqueda, qué podía hacer por el alma de su madre. En este camino de búsqueda comienzan a llegarle videos de un santo, el Padre Pío, desconocido totalmente por Juan. “Este santo comienza a entrar en mi casa poco a poco y empiezo a empaparme de ciertas lecturas. Una de esas lecturas es un libro que llega a mis manos de José María Zavala”, explica. Juan notaba internamente que el mensaje del Padre Pío iba calando en su vida.
Estos aprendizajes los compartía con Rosi cuando la veía. Un consuelo compartido que recibía de estas lecturas. Tras ver videos, películas y empaparse bien de este santo les dicen a ambos que viene un mitón, una reliquia a su parroquia. “Teníamos una alegría por acudir, pensando que teníamos la oportunidad de tener una reliquia del santo. Nunca antes había tenido esa necesidad ni me había visto atraído por un objeto que había pertenecido a un santo”, comenta Juan. Semanas después de haber presenciado esa ceremonia tan bonita una de las hermanas de Juan les manda un mensaje diciendo que ha encontrado una peregrinación a San Giovanni Rotondo. “Lo primero que se me pasó por la cabeza es que eso valía dinero y que nos olvidáramos de ese plan, que iba a ser una pérdida de tiempo y dinero. Además era en un sitio recóndito de Italia que no iba a haber nada, hay no había nada para hacer turismo. ¿Qué pintamos nosotros ahí?”, explica.
Al mismo tiempo el Padre Pío seguía calando en sus vidas a través de pequeñas lecturas que encontraba en internet. Sin mucha expectativa Rosi le propuso a Juan ir a ese pueblo lejano de Italia como forma de compartir más tiempo con los hermanos de Juan. “Mira, si la peregrinación es un aburrimiento, por lo menos vamos a un pueblo que creo que hay comida autóctona italiana muy buena y sino pues nos desvinculamos del grupo y hacemos un poco nuestra vida”, comentaban entre ellos. ¿Qué pensáis que ocurrió en esta peregrinación y sobre todo, cómo pensáis que regresaron después de este viaje?
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