“Tengo una luz muy grande y digo que sí al Señor”: la vocación de Cristina al Orden de las Vírgenes
¿Qué puede hacer que una joven chica quiera consagrar su vida a las Vírgenes Consagradas? Cristina Rincón es una joven como el resto de jóvenes de su edad. Desde peque siempre ha estado muy involucrada en la parroquia, pertenece a una asociación que es la Acción Católica General que le ha hecho dar esos primeros pasos en la fe. “A esta asociación le debo mucho, a través de ella el Señor se ha mostrado mucho a lo largo de toda mi vida”, explica. Pero su camino de fe no se quedó ahí, en la actualidad se encuentra inmersa en un proceso de formación y de discernimiento para entrar en el Orden de las las Vírgenes Consagradas. “El Señor ha hecho tantas maravillas en mi vida, al final es para su gloria.
Y es que ella a pesar de estar siempre al lado del Señor reconoce que en sus años pasados no tenía a Dios en el centro de su vida, en el centro de su vida estaba ella. Es en su trabajo en Cáritas, donde sigue trabajando actualmente donde se plantea que todo aquello que hace y que además le encanta tiene que tener un sentido más allá. En este momento reconoce que a Dios no le estaba haciendo caso. Le empezaron a hablar de la dirección espiritual un tema que a ella antes no le parecía de interés ninguna pero que resultó ser clave en su vida de fe. “Ahora entiende que el acompañamiento espiritual está la luz del Espíritu Santo”, explica Cristina. En un retiro espiritual en el que participa, se hace ciertos planteamientos, ella siempre quiso ser madre, tener una autocaravana para viajar por todo el mundo.
“En este retiro me planteo que puede que el Señor no me llame al matrimonio. Una idea de la que me entra mucho miedo y la desecho”, comenta Cristina. Cristina que continua con la dirección espiritual, el Señor se sigue haciendo notar de una forma muy delicada en su vida. “El señor de forma delicada me va poniendo en mi corazón como un deseo muy grande de pertenecer solo a Él”, comenta. Es el momento en el que tras esta serie de experiencias Cristina empieza a buscar congregaciones. Finalmente a Cristina se le presenta una forma de vida consagrada que era totalmente desconocida para ella que es el Orden de las Vírgenes. “Al principio cuando leí quienes eran me pareció super friqui. Pero estaba en oración con el Señor en el sagrario y me emocionaba un montón”, recuerda.
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