Religiosas de clausura combaten el COVID de estas dos eficaces maneras
(ACI) La Archidiócesis de Sevilla (España) es una de las diócesis españolas que cuenta con mayor número de monasterios y conventos de vida contemplativa. Las religiosas de 13 conventos de clausura de la Archidiócesis han intensificado la oración por el personal sanitario y además confeccionan cientos de mascarillas para evitar el contagio por COVID-19.
Según explican desde la Archidiócesis de Sevilla, el gran número de conventos de clausura es “una riqueza para la Iglesia, un “pulmón espiritual” que goza del respeto y al cariño de los sevillanos”.
“Su tiempo se reparte habitualmente entre la oración y la elaboración de dulces con cuya venta cubren algunos gastos de sus comunidades, pero con motivo de la pandemia del coronavirus han intensificado la oración, participando en las cadenas que se han creado para rezar por el personal sanitario y los colectivos implicados más directamente en esta lucha”, precisan.
También subrayan que en las últimas semanas han cambiado “los hornos por las máquinas de coser, y muchas de ellas están surtiendo de mascarillas a hospitales, residencias y organismos que agradecen vivamente el servicio impagable de estas mujeres”.
Las religiosas Clarisas Capuchinas del convento de Santa Rosalía “han intensificado la oración y el tiempo de adoración”. Según precisan desde la Archidiócesis “con la colaboración de algunas hermandades que les han facilitado el material, hasta el momento han confeccionado unas 500 mascarillas. Unos transportistas las recogen y las envían a residencias. Las ultimas 150 a ANIDI, la Asociación Nazarena para la Integración de personas con Discapacidad Intelectual”.
Los audios del programa “se reenvían a Sudáfrica, México, Estados Unidos, República Dominicana y varios lugares de España”.
También colaboran con la Cadena de Oración en la que piden por el personal sanitario, incluso algunas religiosas han escrito personalmente a los médicos y enfermeros “para que sepan que rezamos por ellos y lo han agradecido mucho”.
Las religiosas Carmelitas de Santa Ana también cosen mascarillas para una hermandad que les ha llevado dos piezas de tela. “La comunidad forma parte de la Cadena de Oración, y cada una de las quince monjas que la componen tiene asignadas dos o tres personas para rezar diariamente por ellas”, precisan.
Las Concepcionistas de Osuna, las Clarisas Santa Inés también participan en la Cadena de Oración y por rezan “un Rosario especial y concreto con intenciones por los sanitarios, médicos y enfermos”.
Por su parte, las 10 hermanas Clarisas de Estepa además de intensificar la oración a nivel personal y comunitario siguen elaborando dulces, que envían a la Policía Local, sanitarios de la localidad y personas que se dedican a desinfectar las calles.
Las Clarisas de Alcalá llevan hechas unas 4 mil mascarillas que se han repartido en panaderías, farmacias, Policía Local y Nacional, Guardia Civil, así como varias fábricas y hospitales y centros de salud.
Las Dominicas de Bormujos también confeccionan mascarillas para la Policía Local y para el hospital de San Juan de Dios y para un servicio de ayuda a domicilio.
También subrayan que la red de oración por los sanitarios está siendo “un gran regalo del Señor” porque han recibido más de 2 mil correos electrónicos con peticiones de oración y “se ha creado una fraternidad preciosa entre los sanitarios y las comunidades. La fuerza de la oración les está dando el consuelo que necesitan tanto ellos como sus familiares”.
Las Salesas además de ofrecerse para hacer mascarillas, aseguran que “en medio de esta prueba, se ha despertado una gran hambre y sed Dios. Hemos recibido llamadas de personas que desean se les escuche, pues no tienen con quien desahogarse ante tanto cúmulo de sufrimiento, nos piden que les enseñemos a rezar el Rosario y demás devociones, que le expliquemos cómo aprovechar el tiempo de confinamiento tan duro y cómo hacer para sentirse menos solos”.
Las Mercedarias de Osuna colaboran con el hospital local haciendo batas y mantienen una cadena de oración; las Dominicas Madre de Dios refuerzan el tiempo dedicado a la oración y también a hacer mascarillas, según precisan “tienen mucha demanda” y los primeros destinos a los que las enviaron fueron el hospital Macarena y una residencia de ancianos, así como Mercasevilla, varias familias, personas necesitadas y otros monasterios. Producen sobre doscientas mascarillas diarias.
Por su parte, las religiosas del convento de San Leandro ampliaron el tiempo de adoración al Santísimo y producen unas 500 ó 600 mascarillas diarias. Según precisan algunas noches se quedan en el taller hasta medianoche.
Las religiosas Carmelitas, también conocidas como “Las Teresas” han hecho unas mil mascarillas que la Hermandad de Nuestra Señora de la Antigua ha distribuido.
Mientras que desde el convento del Espíritu Santo rezan por dieciocho grupos, con un total de treinta personas, además de varios equipos de farmacéuticos.
(204)