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9 canciones dedicadas a la Virgen para terminar el mes de María

9 canciones dedicadas a la Virgen para terminar el mes de María

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(ACI) La Virgen María es la doncella escogida por Dios para ser la Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre Nuestra. Su nombre, que en hebreo es Miriam, significa señora, princesa.

Por ello, al concluir el mes mariano, te presentamos nueve canciones dedicadas a la Reina del Cielo, acompañadas de algunas reflexiones de la Lumen Gentium, constitución dogmática sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II.

1. Madre del Silencio (Canto Católico)

“Así María, hija de Adán, al aceptar el mensaje divino, se convirtió en Madre de Jesús, y al abrazar de todo corazón y sin entorpecimiento de pecado alguno la voluntad salvífica de Dios, se consagró totalmente como esclava del Señor a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo con diligencia al misterio de la redención con El y bajo El, con la gracia de Dios omnipotente”.  Lumen Gentium 56.

2. La esclava del Señor (Franklin Conil)

“Redimida de modo eminente, en previsión de los méritos de su Hijo, y unida a Él con un vínculo estrecho e indisoluble, está enriquecida con la suma prerrogativa y dignidad de ser la Madre de Dios Hijo, y por eso hija predilecta del Padre y sagrario del Espíritu Santo”. Lumen Gentium 53.

3. Contigo, María (Athenas)

“La Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de culpa original, terminado el decurso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial y fue ensalzada por el Señor como Reina universal con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo”. Lumen Gentium 59.

4. Intercede (Son by Four)

“Uno solo es nuestro Mediador según las palabra del Apóstol: ‘Porque uno es Dios, y uno también el Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo para redención de todos’ (1 Tm 2, 5-6). Sin embargo, la misión maternal de María para con los hombres no oscurece ni disminuye en modo alguno esta mediación única de Cristo, antes bien sirve para demostrar su poder”. Lumen Gentium 60.

5. Porque te amo, María (Sandy Calera)

“Con su amor materno se cuida de los hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y hallan en peligros y ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada. Por este motivo, la Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora”. Lumen Gentium 62.

6. María (Sara Torres)

“La Virgen fue en su vida ejemplo de aquel amor maternal con que es necesario que estén animados todos aquellos que, en la misión apostólica de la Iglesia, cooperan a la regeneración de los hombres”. Lumen Gentium 65.

7. Ave María, escúchame (Sara María Causado)

“María, ensalzada, por gracia de Dios, después de su Hijo, por encima de todos los ángeles y de todos los hombres, por ser Madre santísima de Dios, que tomó parte en los misterios de Cristo, es justamente honrada por la Iglesia con un culto especial. Y, ciertamente, desde los tiempos más antiguos, la Santísima Virgen es venerada con el título de «Madre de Dios», a cuyo amparo los fieles suplicantes se acogen en todos sus peligros y necesidades. Lumen Gentium 66.

8. Cómo no amarte (Alfareros)

“Mientras tanto, la Madre de Jesús, de la misma manera que, glorificada ya en los cielos en cuerpo y en alma, es imagen y principio de la Iglesia que habrá de tener su cumplimiento en la vida futura, así en la tierra precede con su luz al peregrinante Pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el día del Señor”. Lumen Gentium 68.

9. Reina del Cielo (Athenas)

“Ofrezcan todos los fieles súplicas apremiantes a la Madre de Dios y Madre de los hombres para que ella, que ayudó con sus oraciones a la Iglesia naciente, también ahora, ensalzada en el cielo por encima de todos los ángeles y bienaventurados, interceda en la comunión de todos los santos ante su Hijo hasta que todas las familias de los pueblos, tanto los que se honran con el título de cristianos como los que todavía desconocen a su Salvador, lleguen a reunirse felizmente, en paz y concordia, en un solo Pueblo de Dios, para gloria de la Santísima e indivisible Trinidad”. Lumen Gentium 69.

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