Reza la Novena a la Virgen de Fátima con Mater Mundi TV
(Mater Mundi TV) El 13 de mayo se celebra la memoria de la Virgen del Rosario de Fátima. Desde Mater Mundi te presentamos unas oraciones para acompañar a nuestra Madre durante nueve días, del 5 al 13 de mayo.
Oraciones del Ángel, para todos los días – introducción
En el Nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo.
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido.
Y por los infinitos méritos de su Santísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores”.
“Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman” (Tres veces).
Oración para cada día (dejar después un tiempo breve de reflexión)
Día primero (5 de mayo): “Era una Señora más brillante que el sol”
Oh, Gloriosa Señora de Fátima, hermosura más brillante que el sol, icono y mediación de la luz que es Dios. Concédenos, como a los tres pastorcillos, el don de vivir amparados bajo tu protección, aprender a contemplar la belleza de la gracia de Dios en Ti, y permanecer también nosotros, ahora y siempre, en gracia de Dios. Amén.
Día segundo (6 de mayo): Fátima y nuestra libertad
Oh Llena de gracia, Santísima Virgen de Fátima. Te pedimos que nos ayudes a cooperar con el plan divino de la salvación, haciéndonos partícipes de aquella gracia de Dios, que en Cova de Iría comunicaste a los santos pastores bajo la forma de una intensísima y divina luz.
Ayudados por esa gracia, prometemos luchar por cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas, y esforzarnos por cumplir libremente lo que tú pediste en Fátima. Amén.
Día tercero (7 de mayo): Penitencia y reparación
Oh Misericordiosa Señora de Fátima, que maternalmente nos avisas del peligro del infierno y nos muestras el camino para el cielo. Danos la gracia de un sincero dolor de los pecados, y ayúdanos a ofrecerte una generosa penitencia, en reparación de las ofensas cometidas contra tu Hijo Jesús y tu Inmaculado Corazón, y por la conversión de los pecadores. Amén.
Día cuarto (8 de mayo): La devoción al Inmaculado Corazón de María
¡Oh Purísima Virgen de Fátima!, que escogiste a Sor Lucía para mostrar el fuego de amor, el dolor maternal y la infinita ternura de tu dulce Corazón, y así enseñarnos que la devoción a ese Inmaculado Corazón es el medio con el cual Dios quiere facilitar la salvación de todos los hombres. Te pedimos que, ayudados por la blanca luz de la gracia, alcancemos un conocimiento tan profundo, y un amor tan grande a tu Inmaculado Corazón, que se convierta en nuestro refugio y en el camino que nos conduzca a Dios. Amén.
Día quinto (9 de mayo): María, consuelo de los mártires y los perseguidos por la fe
Oh Madre de Dios de Fátima, consuelo de los mártires y los perseguidos por la fe. Sé, para tu Iglesia y para todo el mundo, mediadora del Amor misericordioso de Dios, que se derrama continuamente sobre sus hijos, especialmente los más necesitados, como manifestación de su corazón paternal. Ayúdanos también a continuar participando, con fortaleza y amor, en la perenne batalla entre el bien y el mal, y a ofrecer nuestros dolores por la paz de la Iglesia y la salvación del mundo. Amén.
Día sexto (10 de mayo): En ti la unidad
Santísima Señora, Madre de Dios y Siempre Virgen María de Fátima, Blanca Esperanza de paz y de unidad. Concédenos la paz de las familias y de las naciones y la unidad de todos los cristianos en una sola Iglesia, del mismo modo que ya han sido todos acogidos en tu maternal Corazón. Amén.
Día séptimo (11 de mayo): Rezad el Rosario
Nuestra Señora del Rosario de Fátima, Madre de Jesús, que hiciste comprender a los tres pastorcitos las gracias contenidas en la recitación del Rosario. Inspira en nuestros corazones una sincera devoción a esta oración, para que meditando los misterios de la infancia, vida, muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo, imitemos los ejemplos que nos enseñan, seamos conducidos en esta vida por caminos de contemplación, y alcancemos el premio que prometen en la eterna. Amén.
Día octavo (12 de mayo): La devoción de los cinco primeros sábados
Oh Santa Madre de Fátima, Blanca Hermosura de Dios, cuyo Corazón inmaculado es herido por nuestros pecados. Ayúdanos a vivir y difundir la devoción de los cinco primeros sábados, según nos pediste en Fátima y Pontevedra, y así reparar tanto daño, alegrar tu corazón ofreciéndote muchos actos de amor dirigidos a ti, a tu Hijo Jesús y a la Santísima Trinidad, y vencer el mal con la abundancia del bien. Amén.
Día noveno (13 de mayo): La Consagración de Rusia, “casa de María”
Oh Madre de Dios de Fátima, protectora de tu amada Rusia y de todos aquellos pueblos que te han sido especialmente consagrados. Tiende sobre nosotros tu manto protector y concédenos la alegría y la paz en este mundo, y en el otro la salvación. Amén.
Oraciones enseñadas por la Virgen, y una consagración compuesta por Sor Lucía
“¡Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María!”
“¡Oh Jesús mío! Perdona nuestros pecados; líbranos del fuego del infierno; lleva al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu misericordia”.
“¡Oh Corazón de María! A Ti consagro mi corazón y mi vida. Guárdame en el tiempo y guía mis pasos a la eternidad feliz”.
Oración final (escoger una)
(Icono de Tsarskoe Seló, Pushkin-San Petersburgo) “Oh Madre de Dios de Fátima, que con tu maternal mensaje nos invitas a participar libremente en la salvación de los hombres mediante el rezo del Santo Rosario, el ofrecimiento de obras de penitencia y la consagración de nuestras vidas a tu Inmaculado Corazón.
Comunícanos, como a los pastorcillos, la gracia que es el mismo Dios, y haz que iluminados por el esplendor de esa divina gracia colaboremos en la conversión a la fe de los pueblos de Rusia, busquemos la Unidad de todos ellos en una sola Iglesia y esperemos el triunfo de tu Inmaculado Corazón en esta tierra que te ha sido especialmente confiada.
Te lo pedimos acudiendo por tu intercesión a la de Nuestro Señor Jesucristo, Único Mediador, que con el Padre y el Espíritu Santo son un solo Señor, un solo Dios, y una sola y Beatísima Trinidad. Amén.”
* También se puede rezar, en su lugar, este resumen de la consagración de San Juan Pablo II:
¡Oh Santísima Virgen de Fátima, Madre de los hombres y de los pueblos, que conoces todos sus sufrimientos y sus esperanzas, y sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal! Te damos gracias por tantas veces como has velado sobre nosotros y te pedimos que nos ayudes en las pruebas cotidianas que la vida reserva a cada uno. A Ti, Aurora de la salvación, confiamos nuestro camino en este tercer milenio para que bajo tu guía todos los hombres descubran a Cristo, Luz del mundo y único Salvador, que reina con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
Santa María de Fátima, ruega por nosotros
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