¿Tienes fe para salvarte, o ya has tirado la toalla? | P. Valentín Aparicio
Si no ves más milagros es porque en el fondo no crees en ellos
En Listra estaba sentado un hombre paralítico de nacimiento. Escuchaba con atención al apóstol Pablo y éste, mirándole fíjamente, le dijo: “levántate derecho sobre tus pies”.
Y el hombre sanó. El milagro ocurrió porque aquel hombre estaba ante el apóstol con los ojos, los oídos y el corazón abierto a la posibilidad de ser sanado.
Escuchar la Palabra con el corazón abierto
¿Cuántas veces nosotros pensamos que nadie nos puede ayudar, nadie nos puede sacar de la situación en la que nos encontramos? Cuántas veces cerramos los ojos, los oídos y el corazón a la Palabra y a la Luz?
Cuando tiramos la toalla y nos cerramos a Dios, entonces Él no puede hacer nada, porque Él respeta tu libre elección de vivir sumido en la oscuridad y la desesperación.
¿Tienes fe para salvarte o ya has tirado la toalla?
Y es que “no hay más milagros porque no creemos en ellos”, asegura el padre Valentín Aparicio. “Como a mi Dios no me puede sacar de la situación en la que me encuentro, no creo en los milagros. Como los murciélagos, sabemos que existe la Luz pero nos acostumbramos a vivir en oscuridad”.
Primeros dioses, y al minuto después
En este episodio de la serie Escenas de los Apóstoles, que dirige el padre Valentín (@curadetoled) pasan más cosas. Cuando el hombre paralítico se pone en pie, la gente allí presente empieza a aclamar a los apóstoles. Pablo resulta ser Hermes y Bernabé podría ser el mismo Zeus. Montan el gran alboroto y la fiesta, les llevan toros para sacrificarlos en su nombre.
Los discípulos de Jesús no entienden nada de lo que está pasando ni de lo que les dicen las gentes, porque hablan un dialecto local que no conocen. Cuando los apóstoles caen en la cuenta de lo que está pasando, que aquellas gentes les iban a venerar como dioses (porque pensaban que eran dioses con forma humana) Pablo lo detiene todo. Y vuelve a la evangelización.
Entonces el apóstol converso, Pablo de Tarso, clama a esas gentes para hacerles ver que están equivocados, que abandonen sus vanidades y se vuelvan al Dios vivo.
De la cumbre al abismo
Empieza a hablar a la multitud para que sean conscientes de su idolatría a dioses paganos. Les pide: Abandonad vuestras vanidades, convertíos al Dios vivo.
Y entonces, la muchedumbre se pasa de la exaltación y la casi adoración a aquellos dos hombres, a perseguirlos e intentarlos matar.
Es la persecución, de nuevo, en los principios de la Iglesia católica. Persecución que durará siempre a lo largo de la historia de la humanidad. Recrudecida en unos tiempos más que en otros.
Quien está asentado en Cristo, sabe cuál es su meta
San Pablo recordará en una de sus cartas a los Corintios este episodio vivido en Listra, en el que casi de manera tragicómica pasa de ser un ídolo a un ser despreciable merecedor de la muerte. Eso también sucede hoy.
Allí el apóstol demostrará, de nuevo, que su primera misión es proclamar el nombre de Dios, hablar de su plan salvador. No se amedrenta, no se deja vencer por las dificultades.
Y es que, el sufrimiento da siempre fruto. Y si no da más fruto es porque rechazamos la Cruz.
Quien está asentado en Cristo tiene clara cual es su meta, su objetivo. De lo contrario nos podemos dejar llevar por cualquier cosa, o todas las cosas, del mundo.
Sólo Dios sabe hacer cosas grandes de aquello que nosotros no vemos.
Si no ves más milagros es porque en el fondo no crees en ellos…
Seguimos conociendo el libro de los Hechos de los Apóstoles y los mensajes que esas páginas de la Sagrada Escritura tienen para los cristianos en el mundo de hoy con el padre Valentín Aparicio @curadetoledo (vicerrector del Seminario Mayor de Toledo).
Recuerda que puedes ver en cualquier momento todos los capítulos de la serie ‘Escenas de los Apóstoles’ y otros contenidos de espiritualidad y formación católica siempre disponibles y gratuitos en nuestro canal de YouTube.
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