Un misterioso fraile vaticinó que este chico hará muchas cosas para la Iglesia…
Se estaba alejando de Dios y su Iglesia, pero san Francisco de Asís, la Virgen y el padre Pío llegaron al rescate. Juan Manuel Cuervo es un joven colombiano que hace unos años sintió la llamada a ser apóstol de la Reina de la Paz, la Virgen de Medjugorje. Él nunca ha ido a Medjugorje.
Había nacido en una familia católica no practicante. Aunque recibió el Bautismo y la Primera Comunión, no tenían costumbre de asistir a misa.
De pequeño estudió en un colegio público. La ideología comunista que se imponía allí le fue apartando de la fe católica y haciéndole un niño rebelde y soberbio.
Durante un tiempo asistió a la Iglesia evangélica a la que la llevaban sus tías. Pero allí le entristecía la ausencia de la Virgen. En esa época también había algo que le revolvía especialmente: no soportaba cruzarse con un pobre en la calle ni que su padre se detuviera a hablar con algún indigente. Poco después todo iba a cambiar.
La vida de San Francisco y la presencia amorosa de la Virgen
Una película sobre la vida de San Francisco le impactó de lleno y su corazón comenzó a transformarse.
Empezó a ir a Misa, primero los domingos, luego dos veces por semana cuando descubrió la Adoración al Santísimo los miércoles en la parroquia católica próxima a su casa.
A los 13 años se consagró a la Virgen con el método de san Luis María Grignion de Montfort. Seguía con fervor a la advocación de Nuestra Señora de Fátima… hasta que irrumpió en su vida la Virgen de Medjugorje, la Reina de la Paz.
Juan Manuel no había hablar nunca de la Gospa y de pronto Ella “aparecía” por todas partes.
Una mujer desconocida le regaló un cuadro que resultó ser muy particular. Algunos han llegado a decirle que “parece que la Virgen esté dentro de esa imagen” porque a veces presenta manifestaciones extraordinarias.
Además de la Eucaristía diaria, el joven también empezó a rezar con frecuencia el santo rosario y a difundir los mensajes de la Virgen en Medjugorje.
Entre los santos de la Iglesia católica, San Francisco de Asís había sido siempre su referente desde que conoció su vida en una película. Y de forma también inusual e imprevista, se coló en su vida la figura de San Pío de Pieltrecina, el padre Pío, con quien descubriría un misterioso vínculo que Juan Manuel desconocía por completo:
Cuando estaba embarazada de él, su madre tuvo algunos problemas y fue advertida de que corría riesgo de perder el bebé. Debía guardar reposo absoluto.
Un fraile que se parecía mucho al padre Pío
Se encontraba hospitalizada en la recta final del embarazado, cuando su madre y su abuela recibieron la misteriosa visita de un fraile que pronosticó a la mamá un final feliz para aquella espera. Aquel hombre le dijo que el bebé iba a nacer sin problemas y ese hijo estaba destinado a hacer muchas cosas para la Iglesia.
Después de aquella predicción, el fraile abandonó la habitación. La abuela de Juan Manuel salió rápidamente tras él, pero en los pasillos no había nadie. Preguntó al personal del hospital y nadie daba cuenta de que un fraile hubiera estado por allí, ni antes o después.
Años después, de forma también imprevista, Juan Manuel conoció esta historia de su madre en el hospital. Y también llegó a sus manos una estampa del Padre Pío que contenía una reliquia. El santo de Pieltrecina se convirtió así en su padre espiritual.
Aunque aún no ha podido ir a Medjugorje, allí muchos le conocen. Hasta dos de las videntes, Mirjana y Marija, han oído hablar de un muchacho en Colombia que predica los mensajes de la Gospa allá por dónde va.
Juan Manuel combina sus estudios con su apostolado y ayudando en las misas. Mientras, no solo sueña con poder ir a Medjugorje, sino también con poder organizar peregrinaciones desde su país para que todo el mundo pueda ir a conocer a la Gospa.
La conversión de su familia
Y, entretanto, la discreta vida de fe de Juan Manuel ha ido calando como una lluvia fina de gracias sobre su familia. Porque ahora sus padres también asisten a misa y rezan el rosario en familia. Su padre, incluso, se ha consagrado a la Virgen María.
Y es que “la intercesión de la Virgen es muy impresionante” afirma con tanta alegría como determinación el joven Juan Manuel Cuervo.
En su familia hay precedentes de santidad: Santa Laura Montoya, educadora, escritora y misionera fundadora de la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena, y el Beato Mariano de Jesús Euse. También conocido como el padre Marianito, el 9 de abril del 2000 fue beatificado por el papa Juan Pablo II, quien lo llamó en su homilía Patrono de la Paz para Colombia. Es el primer beato nacido en tierras colombianas.
¡No te pierdas el bonito testimonio de Juan Manuel Cuervo Rodríguez!
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