El 8 de abril se cumplían 14 años desde que una neuróloga le dijo a Águeda Rey que tenía ELA. Un poco antes, había tenido que pasar por una traqueostomía, intervención que le preocupaba de forma especial entre todas las “cosas” que pueden ocurrir en el avance de una enfermedad tan cruel. Águeda ha compartido cómo fueron esos días de hospital y su refugio en la oración, a través de la que el Señor siempre tiene algo que decirnos, aunque no sea lo que esperamos. Este es el último artículo que Águeda Rey ha publicado en su blog “Reflexiones del alma”:
“Durante los días de ingreso en el hospital he rezado poco y mal porque mi cabeza estaba bastante aletargada y lo máximo a lo que llegaba era a decir: Señor, te ofrezco todo este sufrimiento. Aparte de las jaculatorias ha habido dos Rosarios especiales. El primero fue ofrecido por mi vecino de cama en la unidad de vigilancia respiratoria que estaba moribundo y nadie rezó por él; muy al contrario, sus familiares aprovecharon el momento para pelearse, insultarse y sacar todos los trapos sucios. Una pena.
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