Infancia Misionera hace posible que alimentos, educación, salud y atención pastoral lleguen a los lugares más remotos del planeta
El domingo 15 de enero se celebra la Jornada de Infancia Misionera 2023, iniciativa de la Iglesia que nació hace un siglo, 80 años antes de la Declaración de los Derechos del Niño. Gracias a Infancia Misionera, cada año al menos cuatro millones de niños pueden conocer una vida digna y soñar con un futuro.
El vicariato apostólico de Yurimaguas, en la selva amazónica en Perú, es solo uno de los 1.118 territorios de misión que reciben cada año el apoyo de Infancia Misionera. Cuando el español Jaime Palacios llegó a Yurimaguas sintió que llegaba al fin del mundo, “o al inicio del mundo, según como se mire”. Allí ha entregado 12 años de su vida a la misión, junto a su esposa y sus cinco hijos. Por eso es testigo directo de que las ayudas de Infancia Misionera llegan y hacen mucho bien. “Estas ayudas no son asistencialistas, sino esencialistas”, afirma Palacio. En aquel remoto vicariato, con un tamaño superior a dos veces Cataluña, la Iglesia ha basado su acción evangelizadora en tres pilares fundamentales: la educación, la sanidad y la pastoral, implantando un modelo de desarrollo al que el Estado se ha ido incorporando de forma progresiva.
La recaudación que se obtiene cada año con la Jornada de Infancia Misionera permite financiar más de 2.500 proyectos infantiles de educación (44%), sanidad y protección de la vida (23%) y evangelización (33%). España es el país más generoso con Infancia Misionera, con una aportación de casi 2,2 millones de euros que han hecho posibles 335 proyectos en 35 países. Las aportaciones que se suman entre otros cientos de países constituyen un Fondo Universal de Solidaridad que en 2022 reunió más de 12 millones de euros. En esta jornada muchos de los donantes son niños. Ellos son los llamados este día, pero, como recuerda el director general de Obras Misionales Pontificias (OMP) España, José María Calderón, es una llamada también a la responsabilidad de los adultos en el cuidado de los más pequeños. Calderón recuerda también que esta iniciativa no trata de que los ricos ayudan a los pobres, sino de “cristianos que se ayudan entre sí”.
Con el lema “Uno para todos y todos para Él”, la Jornada se desarrolla durante el domingo y se prolonga unos días con diversas actividades, como concursos de dibujo. La Iglesia promueve esas actividades en los colegios y en las catequesis de todos los países del mundo. Con ellas, se pretende educar a los niños en la fe y en la solidaridad misionera, y darles un papel activo en la misión de la Iglesia. Aprenden a:
• Seguir a Jesús
• Acoger a todos los niños que les rodean, sin diferenciar sexo, raza o religión
• Ser sensibles a las injusticias que sufren niños en todo el mundo
• Ayudarles con pequeños ahorros, oraciones y gestos
Para donaciones y más información: www.infanciamisionera.es
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