Santa Faustina Kowalska, portavoz de la Divina Misericordia para el mundo de hoy
«Yo soy el Amor y la Misericordia misma; no existe miseria que pueda medirse con mi misericordia»
Santa María Faustina Kowalska nació en 1905 en Glogowiec, cerca de Cracovia (Polonia). Desde los siete años sintió en su alma el llamado a servir a Dios, pero sus padres no le daban permiso para entrar en el convento. Su educación escolar duró apenas tres años. Tuvo que trabajar de sirvienta hasta reunir una pequeña dote para ingresar, poco antes de cumplir los 20 años, en la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia en Varsovia. En 1928 haría los votos definitivos. En esta Congregación vivió 13 años cumpliendo los deberes de cocinera, vendedora en panadería, jardinera y portera en distintas casas. Sor Faustina falleció el 5 de octubre de 1938, a los 33 años, en el convento de Cracovia-Łagiewniki. A ella le fue revelada la fundamental devoción de la Divina Misericordia que comenzaría, en febrero de 1931, con una visión de Jesús. «Yo soy el amor y la misericordia misma; no existe miseria que pueda medirse con mi misericordia» (Diario, 14 septiembre 1937), fue una de las frases que le dictaría nuestro Señor.
Esta sencilla y humilde joven polaca, canonizada hace 21 años por San Juan Pablo II, experimentó muchas gracias extraordinarias: revelaciones, éxtasis, estigmas ocultos, los dones de bilocación, de leer en las almas humanas y también de promesas y desposorios místicos. La imagen con la inscripción «Jesús, en Ti confío”, la Fiesta de la Misericordia, la Coronilla de la Divina Misericordia y la oración en la hora de su agonía en la cruz, la llamada Hora de la Misericordia, son formas de culto y devoción que nuestro Señor Jesús transmitió a Santa Faustina. A pesar de su escasa formación, nos dejaría en su Diario toda su espiritualidad y los mensajes recibidos a lo largo de sus numerosos encuentros con Jesucristo. Una obra fundamental para la Iglesia Católica.
San Juan Pablo II escribió que Sor Faustina se hizo portavoz del mensaje de que la única fuerza capaz de equilibrar el mal de los grandes totalitarismos es la verdad sobre la misericordia de Dios. Llamó al diario de santa Faustina «el evangelio de la misericordia escrito en perspectiva del siglo XX”, que permitió a la gente sobrevivir las sumamente dolorosas experiencias de esos tiempos. Igualmente, el Papa Benedicto XVI manifestó que el mensaje «es realmente central para nuestro tiempo: la Misericordia como fuerza de Dios, como límite divino contra el mal del mundo».
En mayo de 2020, el Papa Francisco anunció el decreto de la celebración de la santa de la Misericordia en el Calendario Romano General y que su memoria libre sea celebrada por todos cada 5 de octubre.
Santa Faustina Kowalska recordó al mundo la verdad bíblica sobre el amor misericordioso de Dios a cada persona, y llama a proclamarla al mundo mediante el testimonio de vida, la obra, la palabra y la oración. Encontrarás todos los detalles de su vida, su legado y el aprendizaje que podemos extraer para nuestros días en este capítulo de ‘Llamados a la Santidad’ con Victoria Corral.
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