¿A qué huelen los santos?
La osmogenesia es el nombre “científico” del fenómeno por el cual se percibe perfumes u olores de modo extrasensorial, pueden ser fragancias agradables como el de las flores o desagradables como el de azufre. El cristiano lo suele llamar “olor de santidad”, ya que este fenómeno considerado milagroso lo han poseído cientos de santos a lo largo de varios siglos; es más desde los primeros cristianos, como el caso de san Policarpo de Esmirna. De él dicen las actas de su martirio que, quemado vivo en la hoguera, su cuerpo desprendía un agradable olor, y no el esperable a carne quemada.
La osmogenesia u olor de santidad, suele ser percibida como un perfume, dulce e intenso que, a menudo, se asocia con la incorruptibilidad, la incapacidad del cuerpo de un santo para descomponerse después de la muerte. Sin embargo, posee distintas características: se puede dar en personas vivas o muertas, puede ser de breve duración, o permanecer por años. Las fuentes son diversas: del cuerpo vivo, de las reliquias, de la tumba del santo o el lugar donde es venerado. Y en el caso del Padre Pío, por ejemplo, también en sus lugares de bilocación.
Son cientos los casos de osmogénesis en santos. En esta galería se muestran cuáles eran las fragancias que emanaban algunos santos.
Articulo original de Maria Paola Daud publicado en Aleteia.org
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