El rosario de María, rezado y dialogado con San José: una oración que tranquiliza en tiempos convulsos
(Pablo J. Ginés-Cari Filii) “Si queremos sondear los secretos profundos de la Virgen, quién mejor que el hombre fiel que supo entenderla y amarla como nadie”, escribe Teresa Gutiérrez de Cabiedes.
La autora de Van Thuan, libre entre rejas acaba de publicar un librito para rezar y meditar el rosario dialogando con San José. A él podemos plantearle nuestros desconciertos e inquietudes, aprendiendo de los suyos, que compartía con María.
El libro se titula San José, ¿rezamos juntos? (en editorial Ciudad Nueva, se puede conseguir aquí y en librerías religiosas).
José es un hombre de silencio y de retiro. El cardenal Van Thuan estaba ocultado y silenciado en las cárceles comunistas de Vietnam, pero sus palabras y experiencias resonaron luego en millones. También José, oculto en Nazaret, resuena hoy en innumerables corazones. Ambos son grandes por el poder de su oración, su ejemplo de confianza y perseverancia, su acción en lo cercano y lo pequeño.
Fruto de una noche de oración que parecía estéril
La autora señala el contexto de la pandemia que “está dejando cicatrices en nuestras vidas”. En el rosario ella ha encontrado consuelo y fuerza, como en tantas vicisitudes.
Rezando por su hermano, que estaba ingresado en una UCI saturada de enfermos, nació el deseo de ponerlo por escrito. “Me desperté una noche y empecé a desgranar un rosario. El empeoramiento de un enfermo grave no me dejaba adentrarme en la plegaria, que parecía maquinal y repetitiva, casi vacua. Yo no era capaz de rezar, apenas podía estrujar el decenario en la mano, acariciando la cruz. Pero si le pedía ayuda a san José, él no iba a negarme contemplar de su mano los misterios de la vida de Jesús, ni se iba a resistir a que piropeásemos juntos a la Virgen“, añade.
“En su vida de obediencia, de humildad, de oración perpetua, de adoración sencilla, de abandono absoluto al Padre, encontré una fuerza invencible para afrontar estos momentos desde el regazo de Dios, con una confianza renovada”, constata la escritora.
Los Misterios del Rosario son de Jesús, de María… y también de José
El libro, de 125 páginas, repasa cada uno de los 20 misterios del Rosario. Como es sabido, muchos de ellos tienen un fuerte elemento mariano, especialmente los 5 misterios gozosos con los que se abre este librito: la Anunciación, la Visitación, el nacimiento de Jesús, la presentación en el templo y la ocasión en que Jesús fue ‘perdido y hallado’ en el templo. También las bodas de Caná, la Pasión y muerte, la venida del Espíritu Santo, la Asunción de la Virgen y la coronación de la Virgen requieren tener a María presente en la oración. Aquí el lector orante lo hará, acompañado de José.
En nuestra oración y relación con José y María, todo empieza, como en la Anunciación, por la confianza en Dios, en su amor y sus planes.
“El pecado que separó a Dios de sus criaturas fue la desconfianza. La nueva Eva restauró la herida del pecado original confiando ciegamente. Tu prometida se, José, se convierte en Madre de los creyentes, maestra de fe. Tú, que también te fiaste sin tener certezas, pídele a tu esposa que yo sepa confiar en nuestro Padre Dios en cualquier circunstancia de mi vida. El hágase de María es llave maestra de la salvación, y lo será para cada alma que responda a Dios sin reservas. El cordón umbilical de Jesús alimentará no sólo a su cuerpo embrionario: prefigura un conducto de gracia para cada hijo espiritual de María”, escribe la autora.
Ejemplo esponsal y de fertilidad misteriosa
Teresa Gutiérrez de Cabiedes, que es también una especialista en teología del cuerpo, explorará a lo largo de este libro la relación esponsal de María y José en sus distintas etapas, que puede alimentar nuestra relación se amor y servicio con Dios y los demás.
“José, contemplo vuestro matrimonio atípico y me estremezco. En tu esposa y en ti se manifiesta la asombrosa fecundidad de cada alma que responde al celibato y al reino”, escribe, pensando en tantos religiosos y consagrados.
“En vuestro matrimonio se refleja también, José, el de quienes sufren porque no pueden tener descendencia y padecen, aún más, la burla o la incomprensión de los más próximos. Que en ti y en María encuentren esperanza y guía para acoger los inmensos frutos con los que Dios quieren bendecir su unión y convertirlos en don vivificante para toda la familia humana”, añade.
“En tus ojos, José, podemos ver reflejada la figura de María, esposa, madre e hija. Y pedirte que, como Ella, sepamos encontrar a Jesús en las relaciones existenciales que más huella dejan en nuestras almas”.
Con las letanías del esposo de la Madre de Dios
Así, con estas meditaciones podremos visitar el Rosario de una forma nueva, en diálogo con el esposo de la Virgen. El librito termina con las letanías de San José, “modelo de trabajadores, gloria de la vida doméstica, esposo de la Madre de Dios, casto guardián de la Virgen…”, incluyendo las que han añadido en tiempos recientes los últimos papas.
“Tan marianas son estas breves pero profundas invocaciones que aquí han ido brotando, espontáneamente, en nuestra contemplación de los misterios de la vida de Jesús, que Ella acompañó con ternura infinita”, apunta la autora. Los lectores que usen este texto para orar y meditar podrán comprobarlo.
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