¿Cómo actúa el Espíritu Santo?
Dios es como el viento, y libera, descúbrelo a través del Cenáculo, allí donde tuvo lugar Pentecostés
(Aleteia) El Espíritu Santo es un Dios desconocido, como nos ha recordado el papa Francisco. Puede parecer que es como el viento. No vemos el viento. No vemos al Espíritu Santo, pero está presente y actúa.
Sin Él, un cristiano no puede vivir, no puede respirar la vida de Dios. El Espíritu Santo está cerca y actúa muy concretamente, sobre todo en los santos sacramentos.
Sopló
Jesús sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.
Jesús sopló sobre los apóstoles. La misma palabra griega “emphusao” aparece en la narración figurada de la creación del hombre, cuando Dios sopló (emphusao) el aliento de vida en las narices del hombre que había formado con el polvo de la tierra.
Esto significa que, por obra del Espíritu Santo, el hombre llega a ser una nueva creación.
Por el sacramento del perdón de los pecados, el hombre se convierte en una nueva criatura.
Dios le da una vida nueva porque le insufla de nuevo su Espíritu. El sacramento de la confesión es un sacramento de libertad.
A los que no se los perdonen…
La palabra griega “krateo” utilizada aquí significa permanecer en prisión. Quien no se beneficia del sacramento del perdón de los pecados permanece en la cárcel, en la jaula de su propio pecado.
El Cenáculo, donde el Espíritu Santo fue enviado y los Apóstoles recibieron el don de lenguas, es la antítesis de la torre de Babel.
Cuando se construyó la torre de Babel, el pueblo era orgulloso; y por eso Dios confundió sus lenguas.
El Cenáculo es un símbolo del retorno del pueblo al Señor Dios.
Los Apóstoles hablaban en diversas lenguas para que todos pudieran escuchar la Buena Nueva de la Salvación.
El Espíritu Santo libera
El Espíritu Santo actúa constantemente, también hoy. Quiere darnos a cada uno de nosotros sus dones y darnos libertad.
Todos los católicos tienen que ir a recibir el sacramento del perdón, al menos una vez al año durante el tiempo de Pascua, para poder experimentar el poder del Espíritu Santo.
Muchos santos conocían el valor de este don para el hombre y lo recibían regularmente cada mes, y algunos una vez a la semana.
En el sacramento de la reconciliación se invoca al Espíritu Santo para que nos dé el perdón y la liberación del pecado.
Antes de la confesión, es bueno pedir al Espíritu Santo que nos muestre nuestra debilidad, porque el Espíritu Santo nos conduce a la verdad.
Sin embargo, no nos deja solos con la difícil verdad de nuestro pecado. También nos muestra el poder y el amor de Dios, y nos lleva a la libertad.
Por eso es tan importante acudir al sacramento de la confesión. ¿Qué es para mí el sacramento de la reconciliación?
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