Encontrar la fuerza y la esperanza en toda circunstancia
Cuando hablamos de virtudes y ponemos de ejemplo a los grandes santos de la historia de la Iglesia, muchas veces sus vidas, anécdotas y sucesos nos pueden parecer lejanos o incluso se escuchan como un cuento de hadas cuyas páginas nunca nos acontecerán… Hasta que la vida nos pone en el papel de tener que ejercitar al ciento uno por ciento todo aquello de lo que estamos hechos.
Así le sucedió a nuestro padre espiritual San José en distintas ocasiones de su vida, pero hoy queremos resaltar aquellos largos kilómetros que caminó en el desierto con su mujer, con el propósito de irse a empadronar, como mandaba el edicto de César Augusto, a su ciudad natal (ref. Lc 2,1). José, jefe de familia, no dudó en cumplir el edicto del empadronamiento sin importar la condición actual de su santa esposa la Virgen María -estaba a punto de dar a luz al Redentor del mundo-; sino que diligentemente se encaminó hacia Belén para pagar su obligación como ciudadano de una nación ocupada por Roma. Pongamos un poco más de contexto: estamos hablando de un hombre que, en su sabiduría y experiencia, sabía los peligros que conllevaría cumplir con tal tarea, sin embargo, su rectitud de corazón y de voluntad le ayudaron a ponerse en marcha sin dudar ni procrastinar.
¿Cuántas veces nos hemos encontrado en la misma situación de tener que cumplir algo porque es nuestra responsabilidad cívica, moral, religiosa o inclusive humana? ¿Cuántas ocasiones le hemos volteado la cara al compromiso por miedo o negligencia? San José nos pone un ejemplo tan sencillo y a la vez tan grande que, puede ser difícil de comprender, si lo vemos sin la luz de Dios iluminando la humanidad de San José con las virtudes. Como muchos creyentes, San José puso su esperanza en Dios en todo momento, en la alegría como en la adversidad. ¡Siempre es bueno cultivar la esperanza! Desde hoy únete al itinerario en línea de siete días para renovar tu esperanza. Se trata de un interesante programa para ver atentamente que en los momentos en donde dudamos o sentimos soledad, de manera concreta Dios obra para transformarlo esta realidad en fe y cubrirnos con su presencia acogedora. Al inscribirte, ¡recibirás diariamente una corta meditación y una idea para que pongas en práctica en tu cotidiano!
Sabemos bien la historia: habiendo cumplido ya con el mandato de empadronarse en su ciudad, Dios le puso a prueba una vez más cuando a María le llegó la hora de dar a luz (ref. Lc 2,6) y siendo un forastero tuvo que buscar un lugar digno de poder acoger el milagro que llegaba al mundo, tuvo que tomar fuerzas desde lo más profundo de su ser y con mucha esperanza y paciencia buscar y buscar hasta encontrar aquel pesebre en donde habría de nacer el Emmanuel.
En la vida muchas veces nos vamos a encontrar con situaciones que nos exigirán dar todo de nosotros mismos, sacar fuerzas de lo que parecía ya vacío y hacer cima en la solución a nuestras vicisitudes. En todos los tiempos y con mayor fuerza en los actuales, muchos hombres y mujeres han quedado sin empleo o sin una forma de hacerse de lo que necesitan para llevar a sus familias. Muchos padres y madres han tenido que salir a la calle a buscar algún empleo u oficio que, aunque sea temporalmente, les ayude a conseguir lo que proveerá el sustento a sus hijos y dependientes. Muchos hoy se han convertido en ese San José errante que buscaba un lugar para que morar y recibir la vida de Jesús. Sirva pues el ejemplo para que de él podamos aprender la paciencia, la diligencia y principalmente la esperanza de que Dios siempre proveerá y más aún cuando parece que nos ha pedido absolutamente todo lo que tenemos (ref. Gen 22,8).
Que San José, consuelo de los afligidos, sea el aire que impulse las velas de nuestra barca para que lleguemos a tierra firme, no tengamos miedo de no ver la orilla de la seguridad que hemos dejado atrás. Con la mirada puesta en Jesús quien nos muestra un camino de esperanza, confiemos nuestras intenciones y cultivemos la esperanza en Dios, quien todo lo puede y todo lo provee.
Paulina Camacho, de Hozana
Septenario a San José obrero
en
Hozana
>
(142)