Mi papá Dios salvó a mi hijo: testimonio de Eliza Arcaya
Venezolana y madre, Eliza ha tenido una intensa vida donde su hijo ha desempeñado un papel fundamental en su vida. La vida familiar de Eliza era una vida prácticamente perfecta. “Tenía un matrimonio muy dinámico y en la vida los santos siempre ha estado muy presente”, comenta Elisa.
Y es que en su vida ocurrió un suceso que ahora le hace ver que el Señor le estaba preparando para lo que después vino. “Tuvimos un accidente de avioneta muy complicado porque fue en medio del Amazonas”. La avioneta se cayó y se quedaron todos inconscientes, se quemó la avioneta con la suerte de que los pasajeros pudieron salir. “Durante el momento del accidente yo dije que lo que había sucedido era un milagro. Le di las gracias a la Virgen de la Milagrosa”.
Un hecho que les dejó muy sorprendidos porque estaban todos perfectos salvo por las raspaduras y los golpes. “Esto lo entendí cuando ocurrió el accidente de Joaquín viéndolo en retrospectiva de todo lo que nos pasó”. Esto sucedió cuando Elisa y su marido eran jóvenes, todavía eran novios y formarían una maravillosa familia. Eliza recuerda la vida de su familia, de sus hijos como los de una infancia alegre, siempre en un núcleo familiar fuerte donde siempre estaban rodeados de amor hasta que ocurrió un acontecimiento que desbordó a la familia y cambió sus planes para siempre.
El 21 de agosto de 2018 fueron a una isla motivo del cumpleaños de una de las hijas de Eliza. Cumplía 21 años y los 21 años en Venezuela se celebran de una forma muy especial. Su hijo Joaquín salió con los amigos que conocía por la zona con un carrito de golf. “Lo dejé bañándose en el mar, yo me fui a cocinar, estaba poniendo música hasta que de repente oigo unos gritos fuera”, recuerda Elisa.
Elisa sale de la casa pensando que el ruido que había formaba parte de una sorpresa para Camila que le habían organizado sus amigos. “Me dicen que le había pasado algo a Joaquín y vi a un amigo al lado que estaba pálido”. Llamaron a una ambulancia y esos minutos pasaron para Elisa como si fueran horas. “Me acuerdo que lo único que hacía era rezar desde que me dijeron eso hasta que llegué al sitio del accidente, cuando llegué vi a Joaquín rígido, con una rigidez mortuosa”, recuerda Elisa.
¡A pesar de este suceso tan grave y doloroso comenzó una historia de esperanza y luz cuyo final no te puedes perder!
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