César agradece a la “Mater” continuar vivo: “Fue un milagro que me haya salvado”
(ACI) Vivir una experiencia cercana a la muerte sin dudas cambia la vida de cualquier persona. Sin embargo, no todos pueden contar la historia y agradecer que esa experiencia no haya dejado secuelas en el cuerpo, más aún cuando se trata de un infarto al miocardio, una patología clínica que siempre deja innumerables rastros en el corazón. En esta historia el protagonista, César Quintana, cuenta al diario La Nación de Paraguay su certeza de cómo la Mater, la Virgen María, intervino para salvar su vida y tener así la oportunidad de crecer en la fe.
“Creo que la Virgen María quería que dé mi testimonio, porque hace unos días soñé con Ella. Fue algo increíble, una visión humanamente imposible de describir”, dice César Quintana con cierta emoción en la voz, al iniciar su relato y continuó recordando: “Soñé a una Virgen impresionantemente bella que irradiaba luces, la soñé muy brillante. Me pregunté, ¿qué es esto?, porque uno sueña siempre a los padres o abuelos, pero nunca escuché que alguien sueñe con la Virgen María y ahora me llaman para dar mi testimonio”.
Desde muy pequeño fue alentado a vincularse con la Santísima Virgen María acompañando a su madre y abuela a los grupos de la Legión de María. Pero a medida que fue creciendo, con la llegada de la adolescencia y la juventud, iniciaron los tira y afloja con la fe. “Pero la Virgen María siempre buscó la manera de que yo volviera nuevamente a ella”, señala y reconoce que su tibieza espiritual se vería remecida con la experiencia de riesgo vital y su extraordinaria recuperación que tuvo hace cuatro años, cuando sufrió un infarto.
Recibe un akãpete (coscorrón) de la Virgen
Reconoce César que antes de su conversión tenía una vida de fe inconstante y “nunca le seguí en forma a la Virgen”. Y así enfrentó el 2016 su infarto al miocardio… “Era un problema cardíaco tan grande e importante que los doctores hasta hoy en día no saben cómo es que puedo seguir con vida. Fue un milagro que me haya salvado”, testimonia.
Para César, tal vez María ya no encontró otra forma de regresarlo al camino del bien. “Entonces me dio el famoso akãpete (coscorrón) para que yo empiece a cambiar totalmente mi vida. Porque como me dijo esa vez el doctor: el 19 de agosto del 2016 es tu nueva fecha de nacimiento. Yo volví a nacer hace cuatro años”, recuerda emocionado.
Tal es el milagro mediado por la Virgen María dice César que, si llegara a consultar con médicos que no conocen su caso, pensarían es una persona con un corazón sano. “Los médicos me explicaron que normalmente el corazón que infartó queda con serias secuelas, pero mi corazón presenta ritmo y frecuencia cardiaca normal. Si yo me voy a cualquier doctor ahora y le muestro mis estudios cardiacos, ellos jamás van a saber que tuve un infarto. Solo si yo les cuento sabrán lo que me pasó”, destaca.
Meses antes se confió a la Mater
César resalta que pocos meses antes de sufrir el infarto, junto con su esposa decidieron unirse al movimiento de Schöenstatt, confiarse a la protección de la Mater. “Eso lo hicimos como pareja, fue ese mismo año en marzo donde conocí a los que ahora son mis hermanos. Nuestro grupo se llama Abrazados a la Mater justamente, y en agosto me pasó esto. Creo que la Virgen lo encaminó todo y desde esa vez le seguimos con más firmeza”, afirma.
También su familia cuenta, en particular los hijos, han vivido un proceso de conversión al ser testigos de lo sucedido y él no se cansa de repetir a quien desee escuchar su testimonio… “Confíen en la Virgen María porque Ella está presente y orándole a Ella te soluciona todo, Ella tiene todo encaminado. Ella obra milagros, con Ella se puede conseguir lo que uno quiere de corazón toda vez que sea bueno”, concluyó.
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