8 ideas sobre cómo proteger a tus hijos o feligreses de grupos con técnicas sectarias
(P.J.Ginés) La gente tiene necesidades espirituales, se hace preguntas sobre el sentido de la vida, la esperanza tras la muerte, la relación del hombre con Dios, cómo encajar el sufrimiento… Jesucristo y la Iglesia Católica dan respuestas que han ayudado a miles de millones de personas durante 20 siglos. Y siguen respondiendo al corazón humano.
Sin embargo, en las últimas décadas, muchas personas de origen católico -aunque fueran sólo de cultura católica- se han ido con grupos no católicos que les ofrecen una espiritualidad que parece “viva”, un estilo de vida virtuoso (a veces puritano) y una comunidad muy cercana, de personas siempre pendientes y atentas, que suelen absorber casi todo el tiempo libre. ¿Por qué?
Lo que ofrecen los grupos con técnicas sectarias
Algunos son grupos de teología protestante y técnicas sectarias, como ciertos grupos protestantes o pseudoprotestantes que predican prosperidad y milagros a cambio de donativos (Pare de Sufrir, teología de la prosperidad, etc…).
Otros son grupos de teología heterodoxa y fuerte autoritarismo (como los adventistas del Séptimo Día, que no creen en el infierno ni el domingo y completan la biblia con su profetisa Ellen G. White).
Otros grupos hablan de Jesús y la Biblia, pero niegan la Trinidad y la divinidad de Jesucristo, como los Testigos de Jehová y los mormones.
Hay también grupos “new age” o “nueva era” que dicen que Jesús era sólo un maestro más, y que de la Biblia toman o dejan lo que interesa al jefe de grupo concreto, mezclándolo con todo tipo de espiritualidades orientales.
Lo que tienen en común todos es que ofrecen espiritualidad y acompañamiento y recurren -a su manera- a la Palabra de Dios. Y funciona, porque muchas personas sienten que necesitan las tres cosas: espiritualidad, acompañamiento y la Palabra de Dios.
Se supone que la Iglesia Católica fundada por Jesucristo debería ofrecer estas cosas. La realidad es que muchas veces no las ofrece, o no consigue llegar a la gente con su oferta. A veces los líderes católicos no hablan de Jesús ni de la Biblia (o no se les entiende cuando lo hacen), y las personas que intuyen que Jesús y la Biblia tienen respuestas los buscan en otros grupos.
Yasmín Oré, co-autora del libro Las sectas y la nueva era: guía católica para conocer las nuevas formas de religiosidad (13 euros en papel, 5 en Kindle), ofrece una serie de ideas que tanto los padres de familia como los pastores, sacerdotes o superiores de comunidad deberían fomentar para proteger a sus feligreses, hermanos o seres queridos de estos grupos. Siempre consiste en ofrecer más Biblia, más formación, más oración, más Jesús, y no menos.
Yasmín, de familia católica pero con poca formación en su juventud, fue misionera con los mormones y tardó un tiempo en volver a la Iglesia Católica en 2007, recibió formación apologética en la Fraternidad Misionera Apóstoles de la Palabra y es hoy profesora de religión y una experta en grupos sectarios, de los que habla en su web www.convertidoscatolicos.com . Esto es lo que propone:
1- Ofrecer la Palabra de Dios y ayudar a entenderla
No basta la homilía del domingo. Mormones, testigos de Jehová y adventistas, entre otros grupos, hablan mucho de la Biblia, utilizando unos versículos e ignorando otros según su conveniencia. Los testigos incluso usan traducciones bíblicas “retocadas”. Y en las Biblias protestantes faltan los libros deuterocanónicos. Incluso los musulmanes pueden usar las frases que prometen un Paráclito o Defensor que “os enseñará”, después de Jesús, para decir que se está anunciando a Mahoma (en realidad se refiere al Espíritu Santo).
Por eso, Yasmín pide “que se imponga en los laicos la necesidad urgente de leer la Palabra de Dios diariamente, hacer oración con sus textos -lectura de las horas, lectio divina-, estudiar la Biblia, sus géneros literarios, cómo se formó, qué nos dice a nosotros… No es necesario una formación erudita en las Escrituras, basta algo básico y sencillo al alcance de todos para que se convierta en nuestro libro de cabecera. Se pueden dar cursos bíblicos en parroquias, talleres de Biblia, teología bíblica, espiritualidad bíblica…”
2- Ofrecer buena formación catequética
El Catecismo de la Iglesia Católica está gratis en Internet, tiene 2.865 puntos y respuestas a muchas preguntas. Vale la pena acercar a jóvenes y adultos al Catecismo para que sepan buscar allí lo que les inquieta y aprendan los contenidos de la fe. Esta formación catequética se puede acompañar de algunos documentos eclesiales importantes.
Biblia, catequesis, amistad fraterna, voluntad de seguir a Cristo… una receta contra los grupos sectarios y muchos otros males
3- Hablar de la vida futura, de la vida eterna, el Cielo, el Infierno…
¿Qué pasa tras la muerte? Es una pregunta lícita, incluso obligatoria, porque todos los hombres mueren. Si los grupos sectarios hablan de este tema, y nuestros párrocos o catequistas no lo hacen, mucha gente se sentirá atraída a esos grupos. Hay algunos grupos que se dedican a meter miedo, o al menos urgencia, hablando del Apocalipsis. Yasmín señala un grupo que predica cosas maravillosas como que “la muerte no es el fin para tu matrimonio, pues este es eterno y tendrás esposa en el Cielo”. En cualquier caso, Jesús hablaba del Juicio, del infierno, del Cielo, y la Iglesia debería hacerlo también.
4- Que en las parroquias, grupos y comunidades haya cercanía y amistad
Muchos católicos llegan a misa semanal (o menos que semanal) sin conocer a nadie, excepto quizá de vista, ni tratarse con nadie. Si no acudieran, nadie les echaría de menos. Estos católicos no viven fraternidad, cercanía ni amistad en su parroquia. Cuando un grupo sectario les ofrezca esta cercanía fraterna y amistosa, se irán con él. “En comunidades parroquiales, grupos, movimientos y carismas debemos recuperar esa fraternidad y amistad entre los miembros, de manera que nadie se sienta aislado, ni solo, sino como en familia. De esa manera evitamos que la gente busque otras formas de vida espiritual fuera de la Iglesia”.
5- Crear y apoyar grupos de defensa de la fe
Aunque todas las parroquias y comunidades católicas deberían formar a los fieles para poder responder a los grupos sectarios proselitistas, vale la pena crear grupos especializados en esta tarea. Serían “grupos de laicos preparados para acercarse a los alejados, a la oveja perdida, para enseñar a otros a defender la fe”; pueden organizar cursos, visitas domiciliarias, misiones callejeras… Recurrirían al trato cercano y personal. A Yasmín, por ejemplo, le ayudaron mucho los Apóstoles de la Palabra.
6- Vivir la fe con coherencia cristiana
“Muchas personas entran en las sectas porque ven a esas personas sanas, sin vicios, con una moral intachable”, constata Yasmín. Es especialmente debilitante para la Iglesia porque las personas exigentes y que buscan tomarse en serio la moral cristiana, son las que se sienten más atraídas por esos grupos. Por eso, los líderes católicos deben dar ejemplo y también fomentar grupos donde los feligreses vean una vida cristiana coherente y alegre.
7- Usar los medios de comunicación para educar en la fe
Internet, redes sociales, radio, televisión, un simple blog o web, un podcast… todo sirve para transmitir la enseñanza católica sobre la Biblia, la vida eterna, el amor de Dios. Muchos grupos anti-católicos repiten siempre las mismas 20 o 30 acusaciones (imágenes, hermanos de Jesús y virginidad de María, orar por los difuntos, intercesión de los santos, el Papado…) y todos esos temas tienen respuestas razonables y se pueden publicar en Internet.
8- Mejorar la acogida de los que vuelven a la Iglesia o se interesan
Hay personas que han estado en un grupo sectario o cristiano heterodoxo y sienten que no pueden seguir ahí. Pueden entonces querer explorar la propuesta católica, acercándose a una parroquia o mirando su web o redes sociales, o consultando a un amigo católico. Probablemente en su grupo les dijeron que los católicos eran muy malos, ignorantes, fumadores y bebedores, idólatras, etc…
Es importante que en la web haya algo para ellos, y que en la parroquia sepan con qué persona ponerles en contacto de inmediato. Quizá no sea el sacerdote, que a lo mejor sabe mucha teología pero no es acogedor o no entiende el proceso en el que se encuentra la persona. En cualquier caso, hay que tener una o más personas capaces de acoger, escuchar, dar buen ejemplo y acompañar a los que se acercan a explorar la propuesta católica.
Jesús Urones y Yasmín Oré son un matrimonio conocedor del mundo de las sectas y los grupos anticatólicos, autores del libro Las sectas y la nueva era, y responsables del blog Convertidos Católicos en ReligionEnLibertad
Al final, es un mandato de Jesús
Yasmín es consciente de que se pueden hacer muchas más cosas, como suscitar muchas más vocaciones sacerdotales y religiosas (en Hispanoamérica hay diócesis del tamaño de Castilla atendidas por apenas 6 sacerdotes y algunas religiosas), mejorar la catequesis, mejorar la música, animar a una vida espiritual más intensa de cada laico y, en general, suscitar el encuentro personal con Cristo y el celo evangelizador en cada fiel.
Pero, en el fondo, recuerda Yasmín, se trata de hacer en serio lo que Jesús pide: “Id pues y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado” (Mateo 28,20). Y eso incluye a los que se alejaron de la Iglesia y se fueron a otros grupos.
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