Marie Stopes, el referente abortista que ahora intentan esconder: eugenesia, racismo y una raza pura
(Javier Lozano-Religión en Libertad) La relación histórica de las grandes patronales abortistas mundiales, a través de sus fundadoras o referentes, con la eugenesia y el racismo están ya fuera de toda duda. y ante estas evidencias sus herederos están intentando ocultarlo. Margaret Sanger, fundadora de Planned Parenthood, era una conocida racista con conexiones con el Ku Kus Klan, y ahora la británica Marie Stopes International ha cambiado su nombre por MSI Reproductive Choices para desligarse de la figura a la que deben su nombre, promotora de la eugenesia, de la eliminación de los más débiles y la esterilización de los pobres. Marie Stopes llegó incluso a escribir cartas a Adolf Hitler.
Este miércoles la BBC informaba del cambio de siglas de Marie Stopes International, líder del aborto en Reino Unido con más de 600 centros y 13000 trabajadores en 37 países, y responsable de millones de abortos cada año y de miles de esterilizaciones.
Con este caso se vuelve a poner de manifiesto la relación que existe entre los pioneros de los que hoy son los lobbies abortistas con la creencia de que con la anticoncepción selectiva se conseguiría crear una súper raza.
Esta organización justifica el cambio de nombre asegurando que los puntos de vista de Stopes sobre la eugenesia están en “marcado contraste” con los valores que defienden. Sin embargo, el aborto de personas con discapacidad como los síndrome de Down supera ya el 90%.
Marie Stopes era miembro de la Sociedad Eugenésica y abogaba por la esterilización de las personas que consideraba no aptas para la paternidad, que incluían enfermos, personas con discapacidad física o mental e incluso pobres. Los que durante décadas han aprovechado el nombre de Stopes se justifican diciendo que sus opiniones “no eran infrecuentes en ese momento, ahora están correctamente desacreditadas”.
Pero si en su vida pública Stopes defendía ideas horribles, en su vida privada fue su hijo el que las sufrió.
Un pensamiento racista y eugenésico
Marie Stopes (1880-1958) en realidad era paleobotánica y fue la primera académica en la facultad de la Universidad de Manchester. Feminista declarada y también defensora de la eugenesia a través de la anticoncepción fundó con su segundo marido la primera clínica de control de natalidad en Reino Unido. Además, editó un boletín de noticias donde ofrecía consejos prácticos explícitos sobre control de natalidad. Igualmente, escribió Married Love, libro que generó un gran debate sobre la anticoncepción.
Esta mujer se unió a la Eugenics Education Society [Sociedad para la Educación Eugenésica] en 1912, convirtiéndose en miembro vitalicio en 1921. El segundo día del juicio contra su archienémigo, el médico católico Halliday Sutherland, estando bajo juramento, Stopes dijo que se había “embarcado en esta tarea para contrarrestar el mal constante que había ido aumentado durante años, a saber: que el índice de natalidad se reducía sólo entre los miembros ahorradores, sabios, satisfechos y sanos de la sociedad, pero no entre los miembros de la clase C3, los subnormales y los no aptos, que proporcionalmente están aumentado en nuestra comunidad debido a una falta de control del índice de natalidad en el tramo último de la escala social”.
Por otro lado, Stopes había establecido la Society for Constructive Birth Control and Racial Progress [Sociedad para un control constructivo de la natalidad y el progreso racial] con el fin de apoyar a la clínica. Stopes era su presidente y recibió el apoyo de eminentes vicepresidentes, incluyendo a John Maynard Keynes [economista] y H.G. Wells [escritor]. Los objetivos de la sociedad eran “evitar que hombres y mujeres con discapacidad tengan hijos, bien porque estos pueden ser portadores de enfermedades o tener una naturaleza degenerada”.
El eslogan de la clínica (“Maternidad alegre y deliberada, una luz segura en nuestra oscuridad racial“) y los nombres que dio a los capuchones para el cuello del útero que distribuía (“Pro-raza” y, más tarde, “Racial”) reflejan también la agenda eugenésica de su proyecto.
Stopes también recomendaba que a las mujeres C3 se les pusiera un dispositivo conocido como gold pin o gold spring [muelle de oro] Una vez implantado, sólo podía quitarse con la ayuda de un médico: “Es, por lo tanto, el único método (además de la esterilización) que se puede aplicar y es de auténtica ayuda al estrato más bajo y más negligente de la sociedad. Es, por lo tanto, un método de tiene un gran valor racial y social, por lo que hay que darlo a conocer y difundir su aplicación”.
Esta feminista era una experta paleobotánica, además de profesora universitaria y, en su opinión, también era una científica. Sin embargo, el lenguaje impreciso que utilizaba para designar (y denigrar) a quienes consideraba aptos para la esterilización era de todo menos científico: “Malos casos sin esperanza, personas malas debido a una enfermedad inherente, al alcoholismo o por su carácter”; “degenerados, subnormales y desequilibrados“; “parásitos”.
La simpatía hacia Hitler
Además, “creía en la idea de la ‘degeneración racial’”, causada por enfermedades de transmisión sexual producto del “exceso de población”. El Daily Mail recordaba igualmente su antisemitismo y su simpatía hacia Hitler. En un almuerzo durante la Segunda Guerra Mundial se negó a que un niño se sentase en su mesa porque ese refugiado judío “ofendería a los invitados.”
Incluso llegó a enviar una carta llena de admiración al gran genocida nazi: “Querido Herr Hitler, el amor es la cosa más grande en el mundo: ¿me aceptaría entonces usted estos poemas para los jóvenes de su país? Los jóvenes tienen que aprender a amar lo particular hasta que sean lo suficientemente sabios para lo universal. Confío en que usted encontrará algo que le guste en el libro”.
Pese a todo, Stopes llegó a convertirse en una gurú como “progenitora responsable”. Sin embargo, sus actos contradecían sus palabras. Su hijo pudo dar fe de ello pues se acabaría convirtiendo en un “niño de laboratorio” en el que probaba sus teorías.
El drama de su hijo
Tuvo a su único hijo Harry con 43 años durante su segundo matrimonio. Como experimento social le vestía como una niña y le obligó a ir con falda hasta los 11 años. Posteriormente, le prohibió la lectura de libros porque Stopes estaba convencida de que imponer a los niños modelos preestablecidos obstaculizaba su desarrollo independiente.
Pero además, en todo este experimento social quiso darle hermanos adoptivos, que luego le quitaba. El primero, un huérfano de tres años, pero dos años más tarde se lo quitaron a Marie al descubrir que lo flagelaba. Luego llegó Dick, a quien devolvió a los servicios sociales, porque la decepcionó. John, el tercero, sería abandonado por Marie Stopes porque carecía de “habilidades académicas, sensibilidad literaria y artística“. La misma suerte corrió finalmente también Barry, pues Marie concluyó que era “no apto para vivir en una casa decente”.
Los problemas con su hijo siguieron cuando ya era adulto y quería casarse. Su problema es que Harry amaba a Mary Eyre Wallis, a quien Stopes no podía aceptar como nuera porque era miope. Finalmente, la madre no asistió a la boda y al morir no quiso dejar nada a su hijo, dejando todos sus bienes a la Sociedad de Eugenesia y a la Royal Society of Literature.
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