Cristina, oncóloga infantil: “Los momentos de mayor dificultad los afronto rezando”
Cristina Mata es madre de familia de seis hijos pero también es oncóloga infantil en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Su profesión la tuvo clara desde siempre así como su inseparable vínculo con la fe que la sigue acompañando en los momentos más complicados de su profesión. Para Cristina la fe la ayuda para realizar su trabajo lo mejor posible desde el punto de vista humano. “Trato de ser la mejor médico que se, estudiando, estando al día e intentando aplicar todos los conocimiento que conozco”, explica Cristina.
La especialidad de oncología infantil que trata la lleva a tener que ser optimista con los padres sin caer en falsas expectativas pero si acompañarles en el camino de la enfermedad sea cual sea el final para cada uno de ellos. “Cuando le das una noticia más grave y sabes que se van a venir abajo trato de darles las mayores esperanzas posibles de la curación, sin mentirles”. A pesar de que la oncología infantil está muy avanzada y se superan un gran número de enfermedades en este área, en ocasiones te encuentras con pacientes cuyo diagnóstico es irreversible. “En estas situaciones intento darle fuerzas para luchar. Es una profesión que enseguida aparece el tema de la fe. En este tipo de situaciones tan nefastas, darles esperanzas sin una esperanza”. Y es que Cristina no oculta esa fe que siempre la acompaña en la práctica de su trabajo, sin pretender influir ni que las familias se sientan presionadas pero sí les hace ver cómo ella lo vive. “En el hospital donde trabajo tratamos a pacientes de muchas religiones diferentes.
Cada uno desde sus creencias, tenemos que ayudarles a que se fortalezcan en ese Dios en el que creen. Dentro de que es una relación médico paciente, hay que poner mucho respeto y amor”, explica la doctora Cristina. Con este tipo de enfermedades Cristina como profesional sigue fortalecida en la fe porque a veces te puedes llegar a vincular mucho con los pacientes. “Los momentos de mayor dificultad los afronto rezando, me doy cuenta además que cuando no lo hago o no dedico el tiempo suficiente a la oración estoy mal, me cuesta el día a día. Dios me da la tranquilidad cuando me lo hace ver de que es su deseo, que es su voluntad y la tengo que aceptar como la tienen que aceptar los padres y mi papel ahí una vez que he hecho todo lo posible por curarles y no es posible es aceptar la voluntad y saber que estos son sus caminos por algo lo quieres así, esta es la manera en la que vas a escribir la historia nuestra y un día lo entenderé”, comenta Cristina.
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