En estos días de conflictos raciales, recordemos la encíclica “Catholicae Ecclesiae” de León XIII contra la esclavitud
(Gaudium Press) Aún siguen, ya no sólo en EE.UU. sino en todo el mundo, los movimientos consecuencias de la muerte de George Floyd a manos de un policía en el estado americano de Minnesota.
Es esta la ocasión para recordar la muy importante encíclica de León XIII “Catholicae Ecclesiae”, del 20 de noviembre de 1890, en la que el Pontífice recuerda los esfuerzos de siempre de la Iglesia por desterrar la plaga de la esclavitud de la faz de la Tierra, pero en la que también propone como solución de fondo, la cristianización del África.
Recuerda León XIII que entre los Papas que se destacaron con especial ahínco en la lucha contra la esclavitud están San Gregorio Magno, Adriano I, Alejandro III, Inocencio III, Gregorio IX, Pío II, León X, Paulo III, Urbano VIII, Benedicto XIV, Pío VII y Gregorio XVI, es decir, Papas de todos los tiempos.
Se congratula con la abolición de la esclavitud en el Brasil
Heredero de ese legado, León XIII debía continuar la tradición de “reprobar y condenar públicamente esta tétrica plaga de la esclavitud”, y por ello escribió una carta el 5 de mayo de 1888, dirigida a los obispos del Brasil, congratulándose por la declaración de libertad de los esclavos en ese país. En esa carta el gran Pontífice de finales del S.XIX ratificó cómo hasta un altísimo “punto la esclavitud era adversa a la Religión y a la dignidad humana”.
Recordaba el Papa en esa carta a los obispos del Brasil, que anualmente 400.000 africanos eran arrancados de sus terruños y eran llevados, “cargados de cadenas y golpeados con azotes”, “a los mercados en que como bestias vendibles se exponen y venden”. Puso por tanto en el ojo de la Opinión mundial esa terrible plaga que entonces se mantenía en esos altísimos números.
Una colecta. Hay un problema de fondo de superstición
León XIII decretó en la Carta Catholicae Ecclesiae, que el día de la Epifanía del Señor, se hiciese una colecta en todas las diócesis del mundo para favorecer las misiones de la Iglesia en el África. La luz de la doctrina cristiana, “deberá iluminar a sus habitantes que están sentados en las tinieblas causadas por una ciega superstición”. “Tanto más fervorosamente lo procuramos cuanto que ellos mismos, una vez que hayan recibido esa luz, sacudirán de sus hombros el yugo de la esclavitud humana. Pues donde entren en vigencia las costumbres y leyes cristianas, donde la Religión de tal modo penetre a los hombres que observen la justicia y honren la dignidad humana, donde abundoso corra el espíritu de la caridad fraterna que Cristo nos enseñó, allí no podrá seguir subsistiendo la esclavitud, ni la crueldad, ni la barbarie sino que flocerá la suavidad del trato y la cristiana libertad ornada de cultura ciudadana”.
León XIII recuerda en la Carta que ya muchos varones apostólicos dieron su sudor y hasta su sangre para que la doctrina de Cristo se difundiese en el África. Pero justamente la mies es mucha y los obreros pocos, y por ello decreta la colecta que sirva para apoyar mejor las misiones, para formar mejor a los misioneros, sabiendo que la misión es el mejor remedio y vacuna contra la esclavitud.
Lo que era en el S. XIX, sigue siendo hoy
Hoy podríamos decir que el mejor remedio contra el racismo sigue siendo el mismo, la penetración en las almas de la doctrina y práctica cristianas. Por el contrario, alejado el mundo de la doctrina del Evangelio, serán frecuentes todas las lacras del neo paganismo.
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