El día en que se publicó el primer artículo periodístico sobre el Padre Pío
(ACI) El día el 9 de mayo de 1919, se publicó en el diario italiano Giornale d’Italia el primer artículo periodístico sobre el Padre Pio de Pietrelcina, el cual podrá ser leído en su totalidad en este artículo.
El artículo de 25 líneas titulado “Los milagros de un capuchino en San Giovanni Rotondo”, fue encontrado por Francesco Bosco, periodista digital de Padre Pio TV, en un recorte extraído de la segunda página del diario.
El periodista explica que pasados ocho meses del 20 de septiembre de 1918, tiempo en el que el Padre Pío empezaba a hacerse famoso por el fenómeno de los estigmas, el flujo de peregrinos y los informes noticiosos también empezaron a cubrir otros hechos relacionados al santo que aún no habían sido difundidos: “Se habló de milagros, de bilocación, de perfume, de clarividencia”.
“De hecho, son precisamente estos fenómenos los que despertaron la mayor atención de la gente, considerando los estigmas como algo ya adquirido, casi como una premisa de aquellos intereses en constante evolución y posible implicación personal. Con la gente, era normal que la prensa y los periodistas subieran al Gargano”, añadió Bosco.
Aquí se puede leer el artículo completo de Il Giornale d’Italia:
“Los fenómenos extraordinarios que se manifiestan en la persona de un humilde capuchino son objeto de comentarios vivos e interesantes: el Padre Pío de Pietrelcina. Hizo su primera aparición en nuestro país rodeado del halo de santidad y, desde su aparición, la gente tenía signos de gran veneración por él. Su vida como penitente, su ministerio ejercido con gran sacrificio, sus maravillas hacen del convento un destino de peregrinación abarrotada. Muchos y variados son los hechos milagrosos atribuidos al santo: el espíritu profético, el don de la clarividencia, la ubicuidad, el éxtasis; pero si estos hechos pueden limitar lo escéptico, la generalidad admite un fenómeno visible para todos: el fenómeno de los estigmas, apareció en ambas manos, pies y costados. Mientras que, por un lado, están las personas pequeñas y atraídas al convento para visitar al santo, por el otro, están las personas educadas y el clero que mantienen una reserva rigurosa como un acto de juicio fidedigno de la Iglesia”.
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