Sacerdotes que difunden sus misas por la red: estos son 14 consejos para hacerlo mejor
(Religión en Libertad)La orden de confinamiento y el cierre de iglesias ha convertido a la red en un vehículo privilegiado de comunicación para los sacerdotes, no solo mediante charlas y mensajes, sino también con la emisión, en directo o grabándolos, de sus propios actos de culto.
Que esto implica riesgos lo sabe bien Don Paolo Longo, párroco de la iglesia de San Pedro y San Sebastián en Polla (Salerno, Campania), en el sur de Italia. Por descuido, difundió en streaming un via crucis en el templo dejando activados los filtros… con el resultado de una escena que queda así para el recuerdo simpático de esta trágica pandemia.
Más allá de este anecdótico caso, lo cierto, dicen los obispos italianos, es que vivimos un “tiempo de prueba” en el que los sacerdotes están “expresando en formas creativas una cercanía apostólica aún más necesaria” que en circunstancias normales.
La tecnología “permite llegar a muchos, si no a todos”, y ésa es su ventaja. Pero “no conviene olvidar nunca que la Eucaristía es un gran don, el más precioso don” y por tanto “hay que cuidar su celebración”. Por eso han difundido un elenco de consejos a los sacerdotes que graban y transmiten sus misas que valen también fuera del perímetro de la Bota.
1. Lugar sagrado
La celebración eucarística “debe tener lugar en un lugar sagrado, con la obligada atención a la preparación y a la correcta ejecución de los distintos ritos“. Y añaden: “Nunca es respetuoso hacia el Misterio que se celebra, ni siquiera en situaciones como la actual, y sobre todo en una transmisión por televisión o por las redes, celebrar improvisadamente en un lugar cualquiera o de forma descuidada”.
2. Preparar bien la Liturgia de la Palabra
Hay que preparar bien la Palabra proclamada (lecturas), comentada (homilía) y escuchada (oración de los fieles), porque eso “puede favorecer la oración común y compartida“.
3. Que haya silencios
La Palabra de Dios no debe proclamarse de forma rápida, sino de forma “lenta y meditada”, dejando “un espacio oportuno y necesarios para los silencios, que no deben ser demasiado largos, pero tampoco insignificantes”.
4. Dignidad en la celebración
“Todas las formas rituales, verbales y no verbales, exigen preparación y dignidad en su ejecución”: la proclamación de las oraciones, las vestiduras, los cantos, la utilización de los distintos espacios litúrgicos (presbiterio, ambón)…
5. Cuidado con las formas
Las palabras y los gestos tienen “elocuencia y eficacia”, esto es, las “formas rituales” sirven para “dar forma cristiana” a la vida. Las “formas” no son solo “formalidades”, sino que forman parte del Misterio. Hay que instruir a los fieles en una “presencia” -aunque sea a través de los medios y las redes- “que no excluya su propia participación corporal”. Y ésta debe tener lugar mediante “expresiones que la participación física en la celebración” pide que sean vividas de forma “consciente, plena, activa y fructífera”, siempre inseparable de la participación “interior y espiritual”.
6. Siempre en directo
Los obispos italianos advierten contra “la proliferación de celebraciones grabadas”: el “directo” favorece la participación, “que es mucho más que seguir la misa, verla o escucharla“.
8. Abrir el plano
Es conveniente que el espectador tenga una visión amplia de la celebración. Como normalmente solo habrá una cámara -en la mayoría de los casos, un teléfono móvil celular-, es preferible, más que un primer plano, abrirlo a un campo amplio donde se vean el altar, el ambón y el celebrante, intentando crear una “dimensión de asamblea” que invite al espectador a participar.
9. Sonido directo
Si técnicamente es posible, es preferible el sonido directo al sonido ambiente, porque eso “ayuda a colmar la sensación de distancia que necesariamente se crea”.
10. Decoro de la celebración
El “decoro de la celebración litúrgica” exige utilizar el misal y el leccionario, una buena iluminación del altar y del ambón, la presencia de velas encendidas sobre el altar, adornos florales “sobrios”….
11. Participar, más que “compartir”
Las redes viven de “compartir” contenidos, pero… ¡”asistimos a una celebración, no a un chat”! En un sentido litúrgico, compartir solo puede significar una adecuada disposición del cuerpo, las respuestas a las oraciones del sacerdote, una interorización activa… En una misa se comparte no de forma externa o descomprometida, sino en la expectativa de una “comunidad eucarística” mediante “la participación real, corporal, en la vida sacramental“.
12. Olvida los like
“Dale al like“, “Haz Me gusta“, “Comenta”, “Comparte”… son términos habituales en las redes, pero “casan poco con la transmisión de una celebración eucarística”. Sin embargo, el sacerdote sí debe tener en cuenta que será evaluado: “No hay que ceder a virtuosismos inútiles ni a la búsqueda del consenso”, pero sí es importante “transmitir proximidad” en un momento de “sufrimiento para todos”.
13. La misa no es un hashtag
El hashtag es el instrumento identificador por excelencia en las redes para identificar y dar importancia a un determinado acontecimiento o a una idea particular. Pero en este caso, lo fundamental, que son “la celebración eucarística y la comunidad”, no son etiquetas sociales más o menos superficiales, sino “exigencias primordiales que indican una pertenencia radical y, al mismo tiempo, radicada en la fe”.
14. Piensa en tu target
Y esa fe define el target, término de marketing ya estandarizado para designar a las personas potencialmente interesadas en lo que se ofrece. Que forman, en el caso de una misa, una “comunidad” para cuya “esperanza cristiana” son “alimento necesario” la Eucaristía y la Palabra. Es “el hilo de la fe” el que está “siempre atado a la esperanza y a la caridad” para que ésta actúe “de forma silenciosa pero efectiva”.
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