La capilla de adoración que lleva 108 años abierta gracias a futura beata
(ACI) La capilla de adoración perpetua “Cachito de Cielo” tiene una discreta entrada en la calle Travesía de Belén, en el centro de Madrid.
Aunque puede pasar desapercibida para muchos, esta capilla es una muestra del gran amor a la Eucaristía que tenía la religiosa María Emilia Riquelme, fundadora de la congregación de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada que será beatificada el próximo 9 de noviembre en Granada (España).
La hermana Marian Macías, superiora provincial de la congregación de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada, explicó a ACI Prensa que la Madre María Emilia Riquelme “no pensaba fundar en Madrid, pero un primo le dejó en herencia la casa con la condición de que tuviera una capilla de adoración y un colegio para niñas pobres. Ella acogió el proyecto con muchas dificultades, porque estaba la Ley del candado, por la que no se podían abrir nuevas casas religiosas”.
La ley del candado es como se conoce coloquialmente a la ley que se instauró en diciembre de 1910 que prohibía durante dos años el establecimiento de nuevas órdenes religiosas en España.
Sin embargo, la fundadora de la congregación dispuso todo para que en la rehabilitación del edificio no se mostrara a simple vista que era una casa religiosa y que, sin embargo, tuviera una capilla con el Santísimo Sacramento expuesto para que, quien lo deseara, pudiera entrar a rezar.
“Esta capilla ha tenido la adoración al Santísimo desde el mismo día de su inauguración en 1911. La Madre fundadora abrió la capilla como aportación al Congreso Eucarístico Internacional que se celebró en ese año en Madrid”, explicó la superiora provincial a ACI Prensa.
Desde entonces la presencia de Jesucristo Sacramentado ha estado de manera ininterrumpida en esta capilla en el centro de Madrid.
“Por la mañana se abría al público para que quien quisiera pudiera rezar y por la noche, la adoración la hacíamos las hermanas”, aseguró la hermana Marian Macías.
Sin embargo, hace ocho años la congregación de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada decidió dar un paso más.
“Con motivo del centenario de la apertura de la capilla, en el año 2011, nos planteamos que fuera una capilla de adoración permanente, abierta las 24 horas”, precisó.
Ahora cerca de 300 adoradores hacen turnos para acompañar al Señor de día y de noche.
“La Madre María Emilia Riquelme decía que quería que muchos fueran a adorar a Jesús y que Dios le había dado la vocación de que muchos pudieran arrodillarse a los pies del Señor. La capilla está en el centro de Madrid y al estar abierta siempre damos la oportunidad a personas diferentes, incluso que no creen de que se acerquen y puedan encontrar la paz. Muchos entran sin saber quién es el Santísimo, pero lo que hace el Señor con ellos, sólo Él lo sabe y son milagros”, explica.
La Madre María Emilia Riquelme Zayas será beatificada el próximo 9 de noviembre en la Catedral de Granada (España).
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