Dámaso: De alejado de la Iglesia a servir a enfermos en Lourdes
Dámaso Vidales forma parte de la Hospitalidad de Lourdes, una Asociación de Fieles integrada por los hospitalarios, personas que voluntariamente se ofrecen para servir y cuidar a todos cuantos -enfermos y sanos- desean peregrinar al santuario de Lourdes y vivir su espiritualidad cristiana en el marco de esta advocación mariana. Dámaso que recibió una educación católica. “Siempre he estado vinculado a la Iglesia, pero no hay una Iglesia vivida desde el corazón sino más como un tema cultural, de tradición”, explica.
Con el paso de los años y como a muchas personas le ocurren empieza a sentir una desvinculación del mundo católico pero con la suerte como él dice de siempre haber tenido “una fe regalada espectacular”. Y es que la familia de Dámaso siempre ha tenido esa devoción mariana. El cambio el Dámaso no es que haya sido un cambio espectacular sino que parte de una vivencia concreta. “Para mi mujer y para mí es fundamental la misa diaria pero como algo nuclear en nuestra vida, diseñamos nuestra vida en torno a poder ir juntos a misa todos los días. La oración ha ido llamando a más oración.
La aparición de la Virgen y el Señor en su vida ha sido con pequeñas pinceladas y dejándole toda la libertad para elegir. “Yo me acababa de cambiar de carrera, estaba un poco despistado, y aparece la opción que para obtener el título privado de esa universidad había que hacer acción social”, explica Dámaso. Un regalo que considera haber estado siempre presente en su vida, la alegría del servicio como vocación. Decide sustituir todas las horas de clase por un voluntariado que también la universidad le daba opción: Lourdes.
Al final no fue a través de la universidad sino de una amiga y para Dámaso fue un auténtico descubrimiento. “Tuve la oportunidad en esos días de estar al servicio de los demás, de aprender, me sirvió de refugio, de carga pilas. A pesar de poder haber tenido una vida alejada de la iglesia, allí en Lourdes me ponía en orden”.
A partir de aquí empieza un camino para Dámaso en el que la Madre y el Señor ha permitido que todos los meses de octubre desde aquel año haya podido ir a Lourdes. La primera vez no fue fácil pues ante esa experiencia desconocida sintió miedo y sorpresa. “El choque es brutal, encontrarte a todas aquellas niñas, las sillas, la gente cargando descargando, los olores, fue un poco shock”.
“Lo que he descubierto en Lourdes es el regalo absoluto de la alegría del servicio. La alegría del servicio es inconmensurable, si lo supiéramos estaríamos permanentemente sirviendo. ¿A quién puedes servir mejor? a las personas que más lo necesitan.
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