Cuando te cueste vivir tu fe o te sientas señalado, recuerda esta historia
(Catholic-Link) Vivimos en un mundo polarizado, donde se confunde fácilmente religiosidad con espiritualidad. Por eso quizás para muchos de nosotros no es fácil vivir abiertamente como cristianos en todos los contextos sociales. En mi propia vida, me he encontrado en situaciones donde pienso que sería más fácil que nadie supiera acerca de mi fe, porque de esa manera podría actuar con mayor «normalidad». Como lo haría cualquier otra persona, sin sentir temor a ser motivo de burlas o juicios de parte de otros.
Por otro lado, también he tenido la oportunidad de compartir con muchas personas que se sienten incomodas estando alrededor de quienes abiertamente profesan alguna afiliación religiosa. Infortunadamente, muchos de nosotros en algún momento de nuestra vida también hemos sido jueces para otros. Creyendo erróneamente que tenemos algún derecho a criticar a los demás por su manera de pensar, sus creencias o sus acciones, en lugar de amarlos y tenerlos presentes en nuestra oración (Mt 7, 1-5).
Es una tentación que puede crecer en nuestro corazón de manera paulatina. Vivir una espiritualidad hipócrita que, en lugar de hacernos personas más humildes, nos va llenando de orgullo y aleja a los demás del deseo de vivir la fe (Lc 18, 9-14).
Una frase que me gusta mucho y se atribuye a San Francisco de Asís expresa: «predica el evangelio en todo momento y, si es necesario, usa las palabras». Que mejor ejemplo en el contexto actual que el video que comparto a continuación:
Cuando se torna difícil vivir la fe
Recuerdo que hace algún tiempo, algunos de mis amigos que practicaban deportes a nivel profesional me contaban lo difícil que era ese ambiente para vivir la fe. Sintiéndose constantemente presionados por pensar de una manera distinta a sus compañeros de equipo, o siendo objeto de burlas —la mayoría de las veces sin mala intención— pero que con el tiempo se tornaba penoso.
Aun así, no se necesita ser deportista de alto rendimiento para tener un área de la vida o una situación donde sea particularmente difícil vivir la fe. Si tal vez este es tu caso y te encuentras en un ambiente complicado en donde no te sientes libre de compartir tu fe, o eres constantemente señalado, te recomiendo la conferencia «Ser cristiano en un ambiente laboral hostil».
Día a día millones de personas tratamos de vivir con sentido, pero eso no significa que no podamos sentirnos apabullados con frecuencia por la cantidad de presión que existe ahí afuera: «tengo que comprar esto, alcanzar esto, completar aquello, llegar a este lugar cuando tenga tal edad».
Este video nos recuerda que, aunque no es fácil ser la única persona que vive su fe en un ambiente determinado, quizás se nos ha dado la oportunidad de estar allí por alguna razón. Quizás, sin tener que usar muchas palabras, nuestra vida y nuestra alegría puedan ayudar a otros a sentirse valorados y amados por Dios.
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