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3 pasos que necesitas poner en práctica cuanto antes para fortalecer tu fe

3 pasos que necesitas poner en práctica cuanto antes para fortalecer tu fe

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(Catholic-Link) Todos como cristianos en algún momento de nuestra vida hemos visto nuestra fe disminuida. Al pasar por algún mal momento, algún problema que agobia, o situaciones adversas en las que parece no haber salida. Podemos sentir que nuestras oraciones no son escuchadas, que Dios se hace el de los oídos sordos a nuestras peticiones e incluso pensar que que nos ha dejado de lado.

Lo más importante es saber que Dios nunca nos abandona. Él nos regala el don de la fe, que necesita ser alimentada para que vaya creciendo en nosotros y que es dada a quien se lo pide de corazón. «La fe puede ser puesta a prueba. El mundo en que vivimos parece con frecuencia muy lejos de lo que la fe nos asegura; las experiencias del mal y del sufrimiento, de las injusticias y de la muerte parecen contradecir la buena nueva, pueden estremecer la fe y llegar a ser para ella una tentación»
(Catecismo de la Iglesia Católica, n 164).

Hay tres pasos fundamentales que podemos seguir para alimentar nuestra fe y hacerla crecer día con día.

1. La oración

Es mediante la oración que nos comunicamos con nuestro Padre. Aunque Él conoce bien lo que necesitamos, siempre gusta de escucharnos y saber lo que nuestro corazón tiene para ofrecer. Es mediante la oración que podemos pedir con humildad y constancia que aumente nuestra fe, que nos haga fuerte en las pruebas y nos libre del desánimo y la desesperanza. «¡Señor, creo pero aumenta mi fe!» (Mc 9 14-29).

Nuestra fe se alimenta principalmente de la oración y de la palabra de Dios. En toda oración está presente el Espíritu Santo, pidámosle a Él que nos enseñe a orar y a ser perseverantes. Debemos recurrir la palabra de Dios en espíritu de oración y hacer todo lo posible por aplicarla en nuestra vida diaria y hacerla alimento permanente que nos permita tener la fuerza que necesitamos para poder vivir.

2. La Eucaristía

¿Cómo alimentamos nuestra fe si no nos alimentamos del mismo cuerpo de Cristo? Los sacramentos son signos visibles del amor de Dios, a los que se nos llama a participar para nutrir nuestra fe. Mediante la Reconciliación recibimos siempre el perdón de Dios y recibimos la gracia que nos ayuda a fortalecer nuestra fe.

«En la Eucaristía Jesús alimenta nuestra fe, esperanza y caridad. Nutrirse de Jesús Eucaristía significa abandonarse con confianza en Él y dejarse guiar por Él y esto se traduce en recibir a Jesús en el lugar del propio «yo», de modo que el amor gratuito recibido de Cristo en la comunión eucarística por obra del Espíritu Santo, alimenta nuestro amor por Dios y por los hermanos y hermanas que encontramos en el camino de cada día». (Papa Francisco)

3. La vida en comunidad

Para alimentar nuestra fe necesitamos la ayuda de otros. Acompañarnos los unos a los otros en este camino de fe, iluminada por la palabra de Dios, la oración y fortalecida por los sacramentos. La fe no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo.

«Nadie se ha dado la fe así mismo, como nadie se ha dado la vida así mismo. El creyente ha recibido la fe de otro y debe trasmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de otros, y por mi fe contribuyo a sostener la fe de los otros» (Catecismo de la Iglesia Católica, n 166).

Artículo elaborado por Erika Cabanillas.

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