Se cumple 20 años del viaje de San Juan Pablo II a Rumania
(Vatican News) El próximo viernes 31 de mayo comienza el viaje apostólico del Papa Francisco a Rumania, veinte años después de aquel realizado por San Juan Pablo II. Recorremos las principales “etapas” con la mirada puesta en la llegada de Francisco.
Desde el Parque Podul Izvor, después de la Misa, se eleva un grito inesperado: “Unitate, unitate” (unidad, unidad). Los fieles católicos y ortodoxos se dirigen así espontáneamente al paso de Juan Pablo II y al Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rumana, Teoctist. Esta es quizás una de las imágenes más impresionantes en la memoria del que fue el primer viaje de un Pontífice a un país de mayoría ortodoxa.
Ecumenismo
Un viaje apostólico con un fuerte sabor ecuménico, diez años después de la caída del Muro de Berlín. Desde el principio, el viernes 7 de mayo de 1999, Juan Pablo II y Teoctist están juntos para la visita a la Catedral Patriarcal, luego en el saludo en el umbral de la Residencia patriarcal. Juntos de nuevo, el sábado, para el encuentro con el Santo Sínodo. Y de nuevo el domingo por la mañana en la Plaza Unirii de Bucarest para la Divina Liturgia, celebrada por el Patriarca junto con los miembros del Santo Sínodo en presencia del Papa, y luego por la tarde para la Misa celebrada por Juan Pablo II en el Parque Podul Izvor en presencia del Patriarca Teoctist.
Momentos memorables, marcados por el abrazo de la paz, y sellados de hecho, por el grito de unidad de los fieles. Fuerte y repetidamente expresado el deseo de unidad de Wojtyła y su deseo de plena comunión entre los creyentes en Cristo. Un legado que finalmente entregará a los jóvenes en la ceremonia de despedida: “En estos días el Espíritu les entrega ustedes, jóvenes, el “sueño” de Dios: que todos los hombres formen parte de su familia, que todos los cristianos sean uno. ¡Entren con este sueño en el nuevo milenio!”.
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