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“Decir sí a Dios es ganar, nunca perder”: Jornada de oración por las vocaciones

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(ACI) Hoy se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y en la Iglesia en España también se une la Jornada de Vocaciones Nativas, que son aquellas que surgen en territorios de misión y que muchas veces tienen serias dificultades tanto económicas como sociales para salir adelante.

Este año estas dos jornadas se celebran en España con el lema “Di sí al sueño de Dios” y con una campaña cuyo objetivo es que “los jóvenes entiendan la llamada vocacional como algo que puede suceder en su vida y la vocación como un camino de vida válido”.

En la rueda de prensa de presentación de la campaña recordaron las palabras del Papa Francisco en su mensaje para esta jornada, en el que anima a los jóvenes a no ser “sordos a la llamada del Señor” y les pide no dejarse “contagiar por el miedo, que nos paraliza ante las alta cumbres que el Señor nos propone”.

Catherine Declercq, del Instituto Secular Cruzadas de Santa María, explicó cómo descubrió su vocación. Ella es francesa pero nació en Estados Unidos, por motivos familiares durante su infancia vivió en varios países, lo que no le permitió tener un grupo fijo de pastoral o catequesis.

Decidió estudiar Ciencias Empresariales Internacionales, que incluía dos años de universidad en España.

“En la residencia femenina en la que vivía me hice amiga de una chica muy buena, que de hecho ahora es monja en la Compañía de María y ella me llevó a su grupo de pastoral. Allí por primera vez descubrí lo que era la Adoración Eucarística y un grupo de jóvenes con los que poder compartir mi fe”, explicó Catherine.

En un encuentro de universitarios conoció a las Cruzadas de Santa María y comenzó a acudir a las actividades que realizaban. Sin embargo era el último año que cursaba en España y por lo tanto debía volver a Francia para terminar la carrera, algo que se le hacía muy difícil ya que había comenzado a plantearse la entrega de su vida en este instituto.

Sus padres no querían que entrara en las Cruzadas de Santa María sin haber terminado la carrera universitaria, por eso volvió a Francia, en donde no está este instituto secular, para finalizarlos.

“Esos dos años sola afiancé mi vocación en que Dios quería que fuera cruzada de Santa María, en unos ejercicios espirituales, en el silencio, recuerdo que dije que sí a Dios y en el 2006 volví a Madrid y entré en las cruzadas. Él va guiando, Él sabe qué plan tiene para cada uno”, explicó.

También dio su testimonio la religiosa Faustina Dartey, misionera, que nació en Ghana y entró con 14 años a la Congregación Esclavas del Niño Jesús, quienes la enviaron a Roma para completar sus estudios. Allí conoció la Congregación de Los Santos Ángeles Custodios en donde descubrió que podría cumplir mejor su verdadera vocación de servicio y entrega a los pobres.

Desde hace 19 años vive en Madrid y asegura que “decir que sí a Dios es siempre ganar, nunca perder”, “tengo a Dios en mi vida, y es lo mejor que tengo”.

El seminarista Alejandro Ruiz-Mateos explicó que pasaron diez años desde la primera vez que se planteó la vocación a la vida consagrada o sacerdotal hasta que entró en el seminario.

Tenía 23 años cuando participó en la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011. “Recuerdo perfectamente y con una claridad potente cómo en un momento en Cuatro Vientos (Madrid) todos animaban a San Juan Pablo II, que decían que era un joven de 83 años. Entonces él dijo ‘al echar la mirada hacia atrás os puedo asegurar que merece la pena entregar la vida a la causa de Cristo’. De los millones de personas que pudieron estar allí eso me llegó muy profundamente, como si me lo dijeran a mí en particular”, relató.

Sin embargo, asegura que “el fin de semana siguiente, en cuanto salí con mis amigos, se me quitó la idea de la vocación de la mente”, y aunque siempre ha estado cerca de la fe, nunca había tenido “un encuentro real con Jesucristo”.

Participó en varios viajes de voluntariado en la India y Haití, quedó impactado por el trabajo que realizaban las Misioneras de la Caridad y los sacerdotes, por eso comenzó a tener una vida espiritual más intensa y con ayuda de un director espiritual y después de varios años, cuando él tenía 33, decidió entrar en el seminario de Madrid.

“Han sido 6 años de seminario muy intensos, con momentos muy complicados. Si Dios quiere en junio me ordenarán diácono, han sido años de crecimiento personal, espiritual y madurativo”, explica.

El seminarista agradeció la oración de tantas personas que han rezado por él y por su vocación, y por las vocaciones en el mundo.

Según la Conferencia Episcopal Española (CEE), la Iglesia en este país cuenta con 18.164 sacerdotes diocesanos y 53.918 sacerdotes religiosos. Los religiosos de clausura son 9.322, mientras que hay 1.203 aspirantes al sacerdocio.

En relación con el número de vocaciones nativas, es decir, vocaciones que surgen en territorios de misión, el número ha aumentado en los últimos 30 años. Según datos de Obras Misionales Pontificias en España, en ese tiempo, los sacerdotes han pasado de ser 46.932 a 88.138. En el año 2018, la Obra de San Pedro Apóstol, a través de su fondo Universal de Solidaridad, dio más de 21,5 millones de euros para ayudar a 5.450 vocaciones y 225 formadores.

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