¿De qué hablaron el Papa y las monjas de clausura que visitó por sorpresa?
(ACI) La religiosa clarisa María Chiara, abadesa del monasterio de clausura que el Papa Francisco visitó por sorpresa este viernes 11 de enero, ccompartió con emoción cómo fue la experiencia de recibir en su comunidad al Santo Padre y contó algunas de las cosas sobre las que conversaron.
“Es muy difícil transmitir la alegría y la sorpresa comunitaria al haber visto aparecer al Papa Francisco en nuestro patio” a las 9:00 a.m., dijo la religiosa al diario del Vaticano, L’Osservatore Romano (LOR) sobre la visita al monasterio de Santa María de Vallegloria en la localidad de Spello, ubicada a unos 150 kilómetros al noreste de Roma.
Con esta visita, el Pontífice se convirtió en el segundo Papa en visitar el monasterio después de Gregorio IX en el siglo XIII.
“En la mañana teníamos un programa de celebración con nuestro obispo y con un amigo sacerdote nuestro. Mons. Sigismodi ocultó hasta el final esta gran sorpresa por razones de seguridad. No nos esperábamos un regalo así de grande. Nos ha sorprendido la simplicidad del pastor. Ha sido verdaderamente un padre. Hemos vivido la misma alegría que los reyes magos cuando vieron la estrella”, relató la religiosa de clausura.
El Papa Francisco llegó al monasterio acompañado del Obispo de Foligno, Mons. Gualtiero Sigismondi, y por Mons. Yoannis Lahzi Gaid.
“Al ver la estrella, los tres reyes magos experimentaron una gran alegría. Y el Papa ha sido para nosotros una estrella por su gran magisterio, por su autenticidad, su simplicidad, y la unión con el Señor en la vida evangélica”, contó la abadesa.
En el monasterio, el Santo Padre visitó la iglesia donde se celebra la Misa los domingos con los fieles, se acercó también a ver el pesebre y luego en la capilla privada presidió la Eucaristía con el obispo y el sacerdote que lo acompañaron.
Lo que conversaron
Luego de la Misa, el Pontífice se reunió con la comunidad y “todo fue muy espontáneo, no preparado”. La abadesa dijo a LOR que el Papa “nos pidió hacerle preguntas. Así que elegimos el tema de la vida fraterna, la espiritualidad. Y le hemos preguntado cuáles son sus intenciones de oración más urgentes para la Iglesia”.
Por su parte, continuó, “Francisco ha compartido con nosotras sus preocupaciones y esperanzas, como si fuera un encuentro de una familia”.
“El Papa habló de nuestra vida y de la comunión con el Señor y con los hermanos. Estas dos cosas no van nunca separadas. Si se pierde una, se pierde también la otra”, prosiguió la religiosa.
“Este ha sido el núcleo de su mensaje para alentar nuestra vida contemplativa, muy fraterna, porque somos franciscanas y en tornor a la fraternidad gira nuestra jorada”, resaltó sor María Chiara.
Después del diálogo pasaron a la comida, “preparada con simplicidad dado que su llegada fue una sorpresa. Además, vivimos una vida sobria por la providencia, incluso si la providencia nos arruina”.
“Realmente podemos dar testimonio de que el ciento por uno prometido en el Evangelio lo experimentamos todos los días a través de muchísimas personas que nos ayudan”, aseguró.
La religiosa comparte que al momento de la comida, “ninguno pensaba en comer”. “Recordaba a San Francisco y a Santa clara cuando se encontraron en Santa María de los Ángeles para una comida que debían hacer juntoa otros hermanos y hermanas después de muchos años que no se habían visto. No tocaron el alimento, pero los habitantes del lugar vieron salir a su alrededor un gran fuego, porque los dos santos hablaban de las cosas del cielo”, relató Sor María Chiara.
En un encuentro anterior en la Casa Santa Marta, el Santo Padre regaló a las religiosas un ejemplar de la constitución apostólica Vultum Dei quaerere, sobre la vida contemplativa femenina, publicada en 2016.
De otro lado y en declaraciones a TG2000, el Obispo de Foligno explicó que solo eran “5 las personas las que sabían de esta excursión fuera del Vaticano, bastante lejana”.
“Puedo decir que había intuido que el Santo Padre estaba por llegar a Spello porque en un encuentro en el mes de diciembre, el Papa entendía y sabía los kilómetros que debía recorrer para llegar aquí, pero había intuido que era un proyecto que debía realizar”, refirió el Prelado.
Luego de concluir la comida, el Papa Francisco se despidió de las monjas y volvió al Vaticano.
(126)