Propongan la misericordia de Dios con un entusiasmo nuevo, anima el Papa
(ACI) El Papa Francisco recibió este sábado 7 de abril a una delegación de la Asociación Clerical de la Comunidad Emmanuel, a quienes alentó a hacer descubrir, con un nuevo entusiasmo, la misericordia de Dios a los hombres y las mujeres de hoy.
En su discurso en la Sala Clementina del Vaticano, el Santo Padre alentó a los presentes a que hagan “descubrir a los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, donde quiera que el Espíritu los envíe, la misericordia de Dios que nos ha amado hasta el punto de habitar en medio de nosotros”.
“Esta misericordia del Señor, siempre presente cerca de su pueblo, pide ser propuesta con un entusiasmo nuevo a través de una pastoral renovada, para poder tocar los corazones de las personas y animarlas a reencontrar el camino de retorno al Padre”.
Francisco luego animó a que “allí donde su Comunidad esté presente, que pueda manifestarse la misericordia del Padre, en particular hacia los más pobres –en el corazón y el cuerpo– curando sus heridas con el consuelo del Evangelio, con la solidaridad y la atención”.
“El carisma de la Comunidad del Emmanuel está inscrito en su nombre: El Emmanuel, Dios con nosotros. Es esencialmente de la contemplación del misterio de la encarnación, en particular de la adoración eucarística, que alcanzan el dinamismo misionero para anunciar la Buena Noticia a todos aquellos a quien Jesús ofrece su amistad”.
El Santo Padre también exhortó a los miembros de la Comunidad Emmanuel a “permanecer enraizados en Cristo mediante una sólida vida interior y confiando en el Espíritu Santo, que viene en ayuda de nuestra fragilidad y nos cura de todos lo que debilita nuestro empeño misionero”.
“Custodien en el corazón este ardiente deseo de transmitir la alegría del Evangelio a cuantos no la conocen o la han perdido y sean protagonistas de la ‘Iglesia en salida’, que está en lo más alto de mis deseos”.
El Pontífice invitó también a la Comunidad a mantener “una relación siempre estrecha con la rica realidad de la parroquia del lugar en el que vivan, e intégrense de buen agrado en la pastoral orgánica de la Iglesia particular”.
Finalmente, Francisco confió a todos “a la intercesión de la Virgen María, pidiéndole guiar vuestros pasos y sostener vuestros esfuerzos. Los bendigo y, por favor, no se olviden de rezar por mí”.
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