Padre Philip Scott sobre su secuestro: “A mi corazón le grité Fiat y encontré la paz”
El Padre Philip Scott es un sacerdote peruano con una vida de gran transformación interior y en su fe. Es fundador de la comunidad Familia de Jesús Sanador, dedicando su trabajo de apostolado a las personas que sufren y tienen grandes heridas espirituales y físicas en la Amazonía peruana. Gracias a su experiencia personal en la sanación de sus propias heridas que se inician en la infancia, el Padre Philip Scott ahora se dedica enteramente al prójimo.
Tuvo una infancia difícil, su padre fue hijo de alcohólico y no pudo curarse de esa dolorosa herencia. “Mi madre era una mujer muy fría, y mi padre como no había tratado su dolor, cuando se enojaba era muy violento, me sacaba el alma a golpes, eso fue muy duro. Experimentó abusos físicos, fue criado en un ambiente donde no había comunicación pero como Dios tenía todo planeado pudo experimentar un proceso profundo de conversión.
Conversión radical como la de San Pablo
A los 20 años tiene un encuentro muy especial con Dios, “Al estilo radical que lo tuvo San Pablo”, explica. “Yo no sabía que buscaba a Dios, él me buscaba a mi”. Una noche ya experimentó lo mal que le sabía el pecado, “el pecado para mi ya se convirtió en algo amargo”.
En su vida también tuvo que hacer frente, a un secuestro: “me iban a fusilar, esa fue la bienvenida que me dio mi patria, fue muy duro, traumática”.
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