Iglesia denuncia brutal represión de católicos en República Democrática del Congo
(ACI) La Nunciatura Apostólica en la República Democrática del Congo publicó un primer informe provisional sobre la violencia sufrida por fieles católicos tras una brutal represión ocurrida durante una serie de protestas políticas el 31 de diciembre de 2017.
Las protestas dejaron 5 muertos, 134 iglesias rodeadas y 6 sacerdotes arrestados, según informó la Agencia Fides este 5 de enero.
Las protestas fueron promovidas por el Comité Laico de Coordinación (CLC), una organización de laicos católicos que reclama al Presidente Josesph Kabila una declaración en la que afirme que no se postulará para otro período como mandatario.
Según la Constitución del 2006 de ese país, Kabila, quien está en el poder desde el 2001, no puede volver presentarse.
Sin embargo, Kabila decidió no renunciar a su cargo al final de su mandato, lanzarse a una nueva reelección, cambiar el calendario electoral y retrasar los comicios hasta el mes de diciembre de este año, a pesar de que las elecciones generales habían sido pactadas entre el gobierno y la oposición para fines de 2017.
El permiso para las marchas fue denegado en Kinshasa por el gobierno y la policía disparó municiones, balas de goma y gas lacrimógeno en las iglesias, para evitar que los posibles manifestantes se reunieran.
El informe de la Nunciatura, actualizado hasta el 3 de enero, sostiene que “134 parroquias fueron rodeadas y aisladas por la policía; a otras dos se les impidió el acceso a los fieles y la celebración de la Misa dominical; en cinco parroquias la Misa fue interrumpida por las fuerzas de seguridad; 18 vieron su área invadida por soldados y policías; otras 10 fueron alcanzadas por gases lacrimógenos”.
Además, “cinco personas fueron asesinadas hasta el momento, una en la iglesia de Saint Dominique, dos en la parroquia Sainte Famille y otras dos en la de Saint Alponse. Entre las personas arrestadas hay seis sacerdotes más un seminarista”.
En declaraciones a diversos medios de comunicación, el Arzobispo de Kinshasa, el Cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, condenó enérgicamente los ataques de las fuerzas de seguridad.
“Solo podemos denunciar, condenar y estigmatizar las acciones de los hombres supuestamente valientes que llevan uniforme, quienes, desafortunadamente, no son nada más que provocadores de barbarie. ¿Cómo podemos confiar en líderes incapaces de proteger a la población, de garantizar la paz, la justicia y el amor a las personas?”, dijo a Reuters.
Además, el Cardenal acusó a las fuerzas de seguridad de abrir fuego contra manifestantes pacíficos y profanar lugares de culto.
Alrededor del 40% de la población congoleña se identifica como católica y las instituciones católicas desempeñan un papel importante en la educación, atención médica y otros servicios.
Bajo el presidente Kabila, los obispos congoleños se pronunciaron en contra de las violaciones de derechos humanos del gobierno y del plan del presidente de eliminar los límites a los períodos que le impidieron la reelección.
Ayudaron a mediar el acuerdo entre la coalición política oficialista y los líderes de la oposición, que culminó en un acuerdo el 31 de diciembre de 2016.
Las regiones orientales de la República Democrática del Congo sufren conflictos armados y millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares. Los sacerdotes y religiosos allí se enfrentan a la amenaza de secuestro y otras formas de violencia.
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