Los religiosos dan vitalidad a la misión de la Iglesia en Tierra Santa, afirma sacerdote
(ACI).- La vitalidad y la riqueza que aportan los religiosos hace que la Iglesia se mantenga viva en Tierra Santa, el lugar donde según la tradición nació, vivió, murió y resucitó Jesucristo; y que acoge a una gran cantidad de peregrinos cada año.
Así lo indicó el P. Marco Riva, superior de los guanelianos en Nazaret, durante el encuentro de religiosos, religiosas y consagrados que se realizó el pasado 3 de mayo en el Instituto Pontificio Notre Dame de Jerusalén.
“Tierra Santa es una tierra que goza de la presencia de una variedad carismática realmente notable. Es un don que se le hace a la Iglesia de Jerusalén”, dijo el presbítero a Christian Media Center.
“Una presencia que se manifiesta también y sobre todo a través de una vitalidad, una novedad que el Espíritu trae a esta tierra, una novedad y una variedad que suscita continuamente una nueva expresión de la misión de la Iglesia, que da vitalidad a la misión de la Iglesia y esto me parece muy importante”, expresó.
En el encuentro también estuvo presente el Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, Mons. José Rodríguez Carballo.
El Prelado indicó que el llamado de los religiosos y consagrados es a “ser profetas en esta tierra” viviendo una “vida comunitaria para poder decir a los árabes, israelíes y tantos otros que vienen aquí que es posible vivir unidos aunque cada uno sea diferente”.
Mons. Carballo expresó su satisfacción ante la labor de los religiosos tras escuchar cinco testimonios sobre sus trabajo pastoral como la acogida a los discapacitados, acompañamiento a enfermos en fase terminal, visita a las cárceles, atención a migrantes y refugiados, y de brindar educación a los niños.
“Continuen habitando las fronteras. ¡Salgan! Menos referencialidad y más misión, sobre todo en las periferias”, señaló.
“Estos son nuestros lugares, por ello habitamos las fronteras llevando siempre el amor de Cristo. Porque el otro, sobre todo si es pobre, como nos recuerda tantas veces el Papa Francisco, es la carne de Cristo: Nosotros, abrazando al otro, al pobre, estamos abrazando a Cristo”, subrayó.
En ese sentido, el Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica recordó el abrazo que le dio San Francisco a un leproso.
“Ese abrazo, probablemente, no cambió la vida del leproso pero cambió el corazón de Francisco. A partir de ese momento mira con esperanza y habita las fronteras o las periferias de la vida humana”, manifestó.
Según informó el sitio web de la iglesia en Tierra Santa, en la zona hay 30 congregaciones, órdenes religiosas y sociedades de vida apostólica de varones y 72 en la rama femenina. También hay otros 20 institutos de vida consagrada.
Entre las congregaciones se encuentran los franciscanos, que son los custodios de los lugares santos; los benedictinos, los jesuitas, los pasionistas, los salesianos, las hermanas clarisas, las hermanas de la caridad, las carmelitas y las mercedarias.
(139)