El Papa celebrará la Misa de clausura del Jubileo por los ocho siglos de la Orden de los Predicadores
(Aica) Alrededor de 600 personas se encuentran reunidas en la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino, de Roma, reflexionando sobre el lema «Enviados a predicar el Evangelio».
Durante una conferencia de prensa que se llevó a cabo el martes 17 de enero en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el coordinador del jubileo, R.P. fray Franklin Buitrago OP, indicó que están participando «unos cien frailes, la misma cantidad de monjas y el resto laicos». Y aseguró: «No pudimos invitar a más por un problema de espacio. Aunque las plenarias se podrán seguir en directo por internet».
La jornada comenzó con la proyección del documental «Esplendor de la Palabra», que trata sobre la misión de los dominicos, y con el himno del Jubileo interpretado por los niños del instituto Santo Domingo, de Roma.
Luego, el arzobispo coadjutor de Bahía Blanca y ex maestro general de la Orden, Mons. Carlos Azpiroz Costa OP, dirigió a los asistentes la primera de las ponencias, titulada «Nueve años… un destino». El prelado repasó cómo la Orden se preparó durante nueve años para la celebración del Jubileo «que mira al futuro aprendiendo del pasado como un atleta que retrocede para tomar carrera antes de ejecutar su salto de longitud».
El arzobispo dominico recordó que el Jubileo comenzó en 2006 en Fanjeaux, Francia, celebrando los 800 años de la creación de la primera comunidad de frailes por santo Domingo de Guzmán. Por último, compartió su visión de la familia dominicana y afirmó: «Es un movimiento de vida abierto a nuevas formas de misión».
A continuación, el cardenal arzobispo de Praga, monseñor Dominik Duka OP, dirigió una oración de apertura en la que recordó a los santos dominicos y resaltó que «donde no hay libertad no hay amor».
El maestro general de la Orden de Predicadores, fray Bruno Cadoré, inauguró el congreso animando a los frailes predicadores «a salir por las carreteras, a través de las ciudades y aldeas para proclamar la Buena Noticia del Reino de Dios» y explicó que «este congreso quiere ser el comienzo de un nuevo despegue, un congreso ‘para’ la misión». «El ‘para’ indica un objetivo de todas las ramas de la Orden: Abrir pistas, descubrir signos para el futuro de la predicación», detalló.
«Tenemos que preguntarnos cómo actualizar la proclamación del Reino desde la escucha con otras culturas, religiones, y hacerlo en términos de colaboración con nuestra familia de Predicadores. Debemos también experimentar la alegría de ser enviados a predicar juntos, con la diversidad de la Orden», aseveró.
La conferencia inaugural estuvo a cargo de fray Mauro Jöhri OFM Cap., general de los capuchinos y presidente de la Unión de Superiores Generales, quien señaló que los católicos estamos llamados a testimoniar la gratitud del don maravilloso de la vida. «Muchas personas declaran que no quieren pertenecer más a la Iglesia, otras se alejan sin hacer ruido, en otras hay cierta nostalgia que les genera un vacío, gente que se aleja pero que tiene en su interior interrogantes y necesita hablar de ello. Muchas personas se acercan a hablar con nosotros, con la necesidad de ser escuchadas sin ser juzgadas», indicó.
Para el general de los capuchinos hoy más que nunca «estamos llamados a proponer el Evangelio juntos, en fraternidad. Necesitamos personas disponibles, que se dejen tocar, para que digan de nosotros que han encontrado personas felices detrás de los muros de un convento».
Finalmente, la jornada concluyó con el concierto «Arte, música y predicación», a cargo del coro Die Neue Vokalkapelle München, dirigido por fray Robert Mehlhart OP.
Cierre del Jubileo de la Orden de los Dominicos
Al finalizar el congreso internacional, el 21 de enero, el papa Francisco presidirá la misa de clausura del Jubileo.
El maestro general, fray Bruno Cadoré subrayó que «es muy significativo que el Papa haya aceptado presidir esta Eucaristía al final del Jubileo y para nosotros será una oportunidad de pedirle al Sumo Pontífice su bendición». «Es como volver a repetir lo que hizo Santo Domingo hace 800 años con el papa Honorio», expresó.
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